Situado en el barrio de Brooklin, en San Pablo, el proyecto se implanta en un terreno de mil metros cuadrados. La zona se caracteriza por su arbolado y su predominante ocupación de casas adosadas residenciales. Las características del barrio se deben, principalmente, a la normativa municipal que restringe la construcción de torres de gran altura.
En este contexto, era necesario renovar la visión sobre la producción arquitectónica tradicional, restableciendo la relación entre el edificio y la ciudad, proponiendo otra forma de vivir.
Se amplió la vereda pública (extendiéndose hasta los siete metros) para realzar la dinámica de los dos locales comerciales de la planta baja, quienes componen la fachada activa del edificio.
El edificio se proyecta en tres volúmenes de diez metros de altura, organizados de manera tal para preservar la extensa zona cubierta de vegetación existente. Constituída por árboles de gran porte y demás zonas ajardinadas, estos totalizan el 50% de la superficie del terreno.
Los tres bloques se articulan a través de una circulación abierta que da acceso a las 30 viviendas que los componen. Cada una cuenta con áreas privadas que van desde los 34,5 metros cuadrados a los 63,5 metros cuadrados.
El edificio, integrado con su entorno, densifica suavemente el barrio.