La casa está situada en una parcela de proporción alargada, entre medianeras, en un tranquilo barrio de Barcelona.
La composición es elemental: consta de tres losas que abrazan un jardín, un pilar que las atraviesa y una escalera. Como resultado, la vivienda se configura como una galería habitable volcada hacia el jardín.
Las carpinterías de suelo a techo permiten la total apertura hacia el exterior. Unos abedules y una cortina ejercen el control solar de manera silenciosa, al vaivén del viento.
La fachada principal se entiende simplemente como un muro perimetral más, que de una forma muda oculta una casa que pretende ser un interior al aire libre.