La casa emerge de la tierra para mimetizarse con el maravilloso paisaje en el que se implanta. Entre un peñón y un lago, el proyecto se articula a partir de seis volúmenes de tierra compactada dispuestos horizontalmente y de manera escalonada para permitir que la naturaleza se apropie de ellos, y se abre en forma de V para ampliar las relaciones entre la arquitectura y el paisaje, al mismo tiempo que favorece la apertura de vistas hacialos alrededores.
El programa se desglosa gradualmente: en los extremos se ubican los espacios más privados y a medida que los volúmenes se acercan entre sí se disponen los ambientes más públicos para rematar en un lugar de encuentro entre lo construido y lo intangible.
El espacio central, resultado de la disposición de los volúmenes, permite singularizar los espacios.
Hacia el centro, las cajas se ensimisman, volviéndose elementos pétreos integrados en el paisaje; hacia afuera, los volúmenes se abren y se cierran rítmicamente para brindar intimidad a los usuarios y enfatizar las vistas al magnífico peñón.
Las cajas de tierra compactada se mezclan entre las rocas y los árboles del lugar, pasando desapercibidas y conformandoun nuevo paisaje.