En el paisaje cultural de Österlen, donde el territorio agrícola se encuentra con el mar, se despliega Kivikhusen, un desarrollo residencial de pequeña escala compuesto por 33 casas de madera, pequeños estudios y una red de espacios públicos que se integra naturalmente con el núcleo histórico de Kivik. La propuesta entrelaza arquitectura y vegetación, retomando la tradición local de los patios enmarcados de Skåne (una tipología tradicional de arquitectura rural del sur de Suecia, especialmente de la región de Skåne) para construir una comunidad que dialoga con su entorno.
El conjunto surge a partir de un concurso realizado en 2018, impulsado por una visión urbana centrada en la vida comunitaria y en la creación de espacios compartidos para residentes y visitantes. Su diseño se inspira en la estructura del propio pueblo: pasajes estrechos, jardines frontales, visuales cuidadosamente enmarcadas y proporciones íntimas que fomentan encuentros cotidianos. Adaptados al presente, estos principios se traducen en una calle principal que funciona como una secuencia de antesalas abiertas al vecindario, desde las cuales se accede a patios de entrada más privados definidos por cercos de madera. Algunas viviendas conectan directamente con el huerto comunitario de manzanos, que actúa como corazón social y paisajístico del proyecto.
Esta superposición de ámbitos públicos y privados crea una atmósfera urbana a pequeña escala, sin perder el carácter rural y verde que define la identidad de Österlen. La topografía acentúa la composición ordenada del conjunto y un paisaje de cubiertas dinámico que acompaña el recorrido.
Kivikhusen reúne dos tipologías residenciales que evocan la imagen de barcos invertidos. Ambas revestidas íntegramente en madera y coronadas con techos de chapa perfilada. En el interior, los materiales se reducen a lo esencial: contrachapado sin tratar y hormigón visto, ambos con aislación de fibra de madera, reforzando el enfoque sostenible del proyecto.
El proyecto retoma la larga tradición sueca de construcción en madera, valorada por su bajo impacto ambiental, su renovabilidad y su contribución a un clima interior confortable. Las volumetrías generosas de los espacios interiores, contrastadas con la compacidad exterior, recuerdan a las casas-estudio: lugares donde el trabajo, el descanso y la vida cotidiana se entrelazan con naturalidad.
Cada vivienda incorpora un pequeño estudio en el patio, pensado como espacio flexible: puede funcionar como alojamiento para invitados, taller creativo o refugio para escribir y trabajar. Esta continuidad entre casa y jardín, interior y exterior, tradición y contemporaneidad, define la esencia de Kivikhusen: un proyecto que reinterpreta la vida rural a través de una mirada sensible, sostenible y profundamente arraigada al paisaje.
