El objetivo del proyecto es atraer a los búfalos al lugar con el fin de re-cultivar la zona al alimentarse estos de la vegetación existente. De esta manera, el lugar se restauró a su estado original del período preindustrial, generando un lago y un pantano que recibe a cientos de especies autóctonas que se alejaron como consecuencia de la falta de superficie de agua abierta.
Por otro lado, se generó un sendero que permite a los visitantes conocer el lugar y encontrarse con los animales en su entorno natural. Se trata, entonces, de un desafío en términos de diseño, ya que supone la reinterpretación del entorno construido en un paisaje natural.
El proyecto aborda la percepción de los edificios agrícolas del paisaje de Europa del Este a lo largo de la historia. Estas construcciones rurales resultan de la mezcla entre una arquitectura regional casi centenaria y las tecnologías industrializadas contemporáneas. Ambos tipos de arquitectura comprenden geometrías grandes y simples, que crean un carácter único en el paisaje.
Para la propuesta se conservan las cualidades geométricas distintivas de estas tipologías, definiendo un sendero curvo de quinientos metros de largo y quinientos metros de radio. A lo largo del recorrido, se disponen una serie de dispositivos para observar la naturaleza: un establo para búfalos, seguido de tres estructuras que enmarcan el paisaje rural y, por último, un mirador. La curva del sendero permite a los visitantes descubrir los dispositivos en un orden directo, mientras que la totalidad del conjunto puede observarse desde el mirador.