
La intervención de este departamento en el barrio de Villa Urquiza, en la Ciudad de Buenos Aires, se basó en tres acciones: la eliminación de un muro, la identificación de un núcleo central compuesto por dos baños y la confección de un mueble de cocina.


Se diseñó un espacio fluido y cambiante, utilizando materiales que reflejan y rebotan la luz natural que entra en los distintos momentos del día.

El espacio nuevo depende de una demolición. El ambiente depende del material en que están hechos los muebles. No hay nada que esté proyectado de lo general a lo particular. Todo sucede al mismo tiempo.


