Considerar la vivienda como un conjunto de habitaciones de idéntico tamaño, libremente conectadas, sin jerarquías ni asignaciones, conduce a una visión emancipada de la vida y de las relaciones humanas.
Sophie Delhay
UNITÉ(S) es un proyecto experimental que socava una serie de preconceptos y estereotipos comunes sobre el habitar. En este sentido, aborda la vivienda desde el ángulo de la des-asignación de las funciones de los espacios.
El conjunto está compuesto por 240 unidades, distribuidas en habitaciones de 1, 2, 3 y 4 dormitorios, 2 estudios y 1 sala de usos múltiples. Según su tipo, cada departamento cuenta con una serie de espacios del mismo tamaño, que no poseen una función asignada a priori. De esta manera, son los ocupantes quienes organizan los espacios, pudiendo adaptarlos según sus diversos estilos de vida.
Cada habitación mide 13 m² (3,6 m / 3,6 m), superficie estándar que da universalidad y flexibilidad al conjunto. Además, es más grande que un dormitorio promedio y, al combinarse con el espacio central, supera el tamaño de una sala de estar.
La cocina, el único programa fijo además del baño, se vincula con las funciones del comedor, el vestíbulo y la sala de trabajo. Dependiendo de la ubicación de la sala de estar, cada apartamento puede desarrollarse mediante tres esquemas diferentes: cruzado, diagonal o agrupado. Al mismo tiempo, cada departamento cuenta con una amplia terraza, también de 13 m².
La fluidez y la triple configuración de las unidades es posible gracias a los accesos sobredimensionados de 1,20 m de ancho, que permiten conexión visual y espacial entre todas las habitaciones. Asimismo, cada espacio cuenta con grandes puertas correderas de madera que permiten separar los ambientes.
Por su parte, las persianas y los postigos fueron diseñados para garantizar la privacidad de todas las unidades. Las ventanas son amplias y del mismo tamaño en cada habitación. Todos los departamentos cuentan con espacios de guardado situados alrededor de las ventanas, concebidas como parte de una fachada habitada. Hacia la zona del jardín, las ventanas están rodeadas por armarios de madera y un baúl donde es posible sentarse o recostarse. Frente a la calle, un sistema de cortinas desplazadas de la fachada crea un espacio intermedio entre la casa y la ciudad.