The House and the City: two collages

La exposición de la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao, inaugurada durante julio de 2018 en 'T' Space Rhinebeck, Nueva York, explora la dicotomía arquitectónica entre el espacio doméstico individual y el urbanismo que lo rodea.

Cortesía Tatiana Bilbao Estudio

Para Tatiana Bilbao Estudio, el collage forma parte integral del proceso arquitectónico. Recortar y combinar imágenes permite explorar y visualizar las conexiones entre proyectos e ideas. Son formas activas, que resuenan entre el realismo y la abstracción, ofreciendo oportunidades para revaluar los métodos de diseño arquitectónico. Las imágenes yuxtapuestas y referenciales estimulan la imaginación del espectador, invitándolo a un proceso de co-creación, transformando la percepción de su entorno.

Cortesía Tatiana Bilbao Estudio
Cortesía Tatiana Bilbao Estudio

En ‘T’ Space, Tatiana Bilbao presentó dos collages que reflejan la dinámica de su trabajo cotidiano. El primero explora proyectos a escala urbana, que dan cuenta de cómo se activaron las dimensiones culturales, históricas y económicas al reconocer y responder al contexto. El segundo corresponde al dominio doméstico, y explora el hogar como la unidad fundamental del espacio humano.

The House and the City (La casa y la ciudad)

Más del setenta por ciento de la población mundial vive en zonas urbanas.

Las mega ciudades, es decir, aquellas que tienen más de diez millones de habitantes, concentran el 8,3 por ciento de la población. En 2030, contaremos con 31 megalópolis. [1]

La densificación acelerada de los centros urbanos provocó cambios en la forma de habitar, no solo en el espacio privado sino también en el público. “El espacio vital de las nuevas generaciones está disminuyendo. Cada persona que vive en el sector privado alquilando, tiene ahora un promedio de ocho metros cuadrados menos de espacio que en 1996”. [2]

En casas de solo 50 metros cuadrados para todos los miembros de una familia o mini apartamentos compartidos con amigos o extraños, la necesidad de encontrar espacios adicionales se hace urgente. La ciudad se convierte en una extensión del espacio doméstico, donde encontrar un lugar tranquilo para leer o reunirse con otras personas. La arquitectura debe promover y crear nuevas formas de habitar los espacios, desdibujando los límites establecidos entre lo público y lo privado.

Necesitamos repensar el concepto de vivienda y crear espacios flexibles, sin jerarquía y que ofrezcan al usuario la capacidad de poder transformarlo. La vivienda tiene que estar diseñada para recibir varias actividades en un solo espacio.

“El programa doméstico incompleto de cada apartamento, llevó a una mayor interdependencia entre la casa y la comunidad, creando lazos sociales y urbanos más fuertes entre la esfera doméstica y pública. Sin la cocina, se fomentaron las relaciones entre los habitantes”. Anna Puigjaner [3]

En este nuevo concepto de espacio doméstico, no debemos olvidar que nuestro hogar es también un símbolo de identificación personal, así como el espacio donde buscamos elevar nuestra calidad de vida.

“Una casa es un psicograma construido. La historia de la vivienda cívica es una historia no solo de autoproyección, sino también de esfuerzos de autodescubrimiento: se supone que el hogar debe expresar algo, decir algo sobre uno mismo. Los recuerdos convirtieron la sala de estar en un museo del propio pasado”. Niklas Maak, Living Complex.[4]

En la necesidad de ampliar el espacio doméstico, el espacio urbano debe incorporar lugares donde puedan realizarse las tareas cotidianas en comunidad. Una persona podría vivir en una casa sin cocina, sin lavadero, sin espacios al aire libre y tener la posibilidad de seguir realizando actividades cotidianas.

Las nuevas tecnologías y el auge de las redes sociales ofrecen a la sociedad el acceso a un nuevo conjunto de servicios que proporcionan productos sin las cargas de la propiedad, dando lugar a lo que se denomina una “economía compartida”. Con plataformas como Uber o Airbnb no hay necesidad de tener un auto o una casa de vacaciones. ¿Por qué los arquitectos no empiezan a pensar en “compartir espacios”?

Las ingeniosas definiciones de propiedad pública y privada pretenden desdibujar límites estrictos en una serie de conceptos intermedios. La ruptura de lo individual a lo colectivo debe traer consigo la consideración de una serie de pasos y negociaciones, que van desde la relación con: nuestros vecinos, nuestras comunidades, nuestros barrios, hasta la satisfacción de las demandas de la vida urbana.

Estos dibujos exploran diferentes proyectos a escala urbana, analizando cómo se activan las complejas dimensiones culturales, históricas y económicas simplemente reconociendo y respondiendo al contexto. En lo doméstico explora el hogar como unidad fundamental del espacio humano.

 

Tatiana Bilbao

 

[1] Wendell Cox, “World Urban Areas: 1,064 Largest Cities: 2018 Update”, March 11, 2018.  http://www.newgeography.com/content/005933-world-urban-areas-1064-largest-cities-2018-update

[2] [2] Michael Savage, “Millennial housing crisis engulfs Britian”, Aoril 28, 2018.  https://www.theguardian.com/society/2018/apr/28/proportion-home-owners-halves-millennials

[3] Samuel Medina, “This Spanished Architect Wants to Revolutionize the Home – by Getting Rid of Kitchens”, March 19, 2018. http://www.metropolismag.com/architecture/anna-puigjaner-kitchenless-home/

[4] Niklas Maak, Living Complex. From Zombie City to the New Communal, (Germany: Hirmerr, 2015).

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