Ròmola

La tienda de campaña de mármol en la galaxia por Andrés Jaque Architects / Office for Political Innovation.

Fotografía Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal

Desde el 2008, la arquitectura madrileña sufrió la imposición de la retórica de austeridad, que se tradujo en una arquitectura de baldosas hidráulicas y productos cerámicos acríticamente percibidos como restos del pasado y que sin embargo han canalizado la sustitución del comercio tradicional por una invasión de franquicias corporativas apoyadas en sistemas de trabajo precarios y temporales.

En casi una década, el proceso ha marginado y llevado casi hasta la extinción a los artesanos del mármol, la tapicería de piel, el metal cromado y los panelados artesanales que, desde la década de 1960, fueron la base social sobre la que se desarrolló la red de cafeterías de Madrid.

Fotografía Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal
Fotografía Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal

Las cafeterías son lugares brillantes y confortables que ofrecen atención amable pero anónima. Esta capacidad para tratar con igual cortesía a todos los clientes hizo de estos lugares un espacio donde las mujeres y las comunidades LGTBQ encontraron históricamente una alternativa a la tradición de una parte significativa de bares mayormente “masculinos” de la ciudad.

El proyecto de Andrés Jaque Architects / Office for Political Innovation es el resultado de la movilización cuidadosa de una red de artesanos en peligro de extinción; de barnizadores capaces de aplicar gomalacar a mano, de chapadores de madera que se atreven con chapados radiales de hoja de olivo, de marmolistas capaces de colocar en despieces especulares piezas de más de dos metros de alto y solo veinte milímetros de espesor.

Con el propósito de apoyar a un colectivo artesanal en vías de extinción, el proyecto reintroduce en el ecosistema de la ciudad el espacio disidente de la cafetería como una resistencia a la hegemonía corporativa de lo cerámico.

Axonométrica general

Durante la década de 1990 y 2000, el pequeño pueblo de Novelda (Valencia) se convirtió en el centro del tráfico transnacional de mármol. Apenas activo en la actualidad, aún pueden encontrarse áreas extensas en las que se acumulan bloques polvorientos de mármol, ónix y granito de todo el mundo; como una arqueología de los tiempos previos a la hegemonía de la austeridad.

Fotografía Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal
Fotografía Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal

Mientras que el ladrillo y las baldosas hidráulicas se han asentado en un discurso de falsa autenticidad, raíces ultraconservadoras y falso localismo, los mármoles de Novelda encarnan un valor refrescantemente contingente. Esta condición sin origen del mármol queda registrada en el uso de numerosas tecnologías a las que está asociado este material actualmente: los refuerzos de fibra de vidrio y resina, o los sistemas de anclaje articulados pensados para hacer del mármol una especie de supermármol, capaz no solo de trabajar a compresión sino también a tracción.

Fotografía Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal
Fotografía Miguel de Guzmán y Rocío Romero. Imagen Subliminal

Asumiendo un verdadero desafío de ingeniería, el proyecto lleva esta capacidad hasta su límite al crear una carpa autoportante de mármol. La tienda cobija las mesas para los clientes y permite que otras actividades, como cocinar, se organicen en un área en forma de C en su perímetro.

 

Este proyecto fue publicado en PLOT 46 junto a una selección de tiendas. ¡Hacé click acá para tener más información sobre nuestro último número y acá para suscribirte con un 20 % de descuento y envío gratis!

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