
El proyecto es una nueva incorporación al Brainergry Park, un parque empresarial de siete hectáreas enfocado en la transición energética y desarrollado como parte del cambio local hacia una economía sustentable, menos dependiente del carbón. Su diseño dinámico y colorido contrasta con la arquitectura formal y ortogonal del parque, en la que predominan los tonos blancos.


Organizado en una retícula hexagonal, la Startup Village ofrece una base flexible para su crecimiento y adaptación. La primera fase del se completó en 2024 y, con todos los módulos alquilados, la respuesta fue extremadamente positiva, allanando el camino para una segunda fase prevista para 2025/2026.

Cada celda de la retícula alberga unidades modulares de oficinas, diseñadas como espacios de trabajo accesibles para startups. Al igual que los inicios en garajes de empresas como Apple o Microsoft, estos espacios funcionan como plataformas de lanzamiento para ideas transformadoras. En conjunto, crean una comunidad dinámica donde startups de diversos sectores pueden conectarse, colaborar e impulsar innovaciones.

Inspirado en la ciudadela renacentista de Jülich, el proyecto reinterpreta este legado arquitectónico. Mientras que la ciudadela original se concebía como una fortaleza de protección, la Startup Village se diseñó como un espacio abierto e inclusivo.

El edificio principal, ubicado en el corazón del conjunto, actúa como un hub público. Su escala y ubicación central refuerzan su papel como punto de encuentro, mientras que sus amplios ventanales corredizos y zonas exteriores invitan a la interacción, fomentando un sentido de comunidad.

Los módulos, de colores vibrantes, reflejan los tonos de las casas cercanas, aportando calidez y carácter local al conjunto. El edificio principal cuenta con un techo verde, y la integración de vegetación y árboles de hoja caduca en el sitio proporciona sombra natural en verano, reforzando el compromiso del proyecto con la sostenibilidad.

El resultado es un entorno similar a una colmena, donde la innovación, la naturaleza y la comunidad coexisten en equilibrio. La combinación de módulos coloridos, vegetación y un diseño cuidadoso crea un espacio inspirador donde las personas se encuentran, intercambian conocimiento y se nutren mutuamente en entornos tanto formales como informales. Es un lugar donde las ideas germinan, las conexiones se fortalecen y se sientan las bases de un futuro sostenible.

Respecto a la materialidad, cada módulo está construido principalmente con madera local y cuenta con un alto nivel de aislamiento térmico para mejorar la eficiencia energética. En lugar de pegamentos, se utilizan clavos de madera para ensamblar las estructuras. Las amplias ventanas permiten una ventilación cruzada natural, reduciendo la necesidad de sistemas de refrigeración mecánica. Además, los techos verdes y la abundante vegetación fomentan la biodiversidad, ayudan a regular la temperatura, retienen el agua de lluvia y filtran el aire.


Startup Village Jülich, más que un simple espacio de trabajo, es un motor de cambio, una demostración del impacto positivo que puede generar la innovación sostenible basada en la comunidad.
