
Ubicado en la Ciudad de Guayaquil, el pabellón actúa como un observatorio experimental de la ciudad. Su emplazamiento en la parte más elevada del campus de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, a más de setenta metros sobre el nivel del mar, lo posiciona en un espacio privilegiado. La naturaleza topográfica de este lugar ofrece características de aislamiento y serenidad plena, evocando un deseo de conexión profunda con el entorno. Los elementos circundantes como la vegetación árida y las rocas, dan lugar a un espacio ideal para la meditación. El resultado de esta suma de elementos es un pabellón con vistas únicas hacia la ciudad, obra cuyo manifiesto constructivo y formal evoca habitar el aire y unirse al horizonte.

El pabellón, de cuatro metros con cincuenta centímetros de alto, se construye principalmente con tubos metálicos circulares de gran sección sumados a una cobertura liviana translúcida de estructura abierta cuya geometría está basada en una catenaria. El pabellón presenta como configuración general un diseño modular compuesto de diez unidades de soporte en forma de M, sujetas a los anclajes en el suelo y a ángulos metálicos en lo más alto que unen las aristas y sujetan la cobertura. Para asegurar la integridad del pabellón se utiliza un perfil circular que lo recorre horizontalmente, sujetando la totalidad de los elementos.


El pabellón se describe como una catenaria que se sujeta en el vacío cuya geometría inversa y la compresión dispuesta en el centro genera una abertura, derivando en dos espacios paralelos habitables que forman el recorrido para los visitantes. Así, resalta su condición geométrica de liviandad, buscando habitar la concavidad y los espacios inferiores que la definen.


El proyecto comenzó a materializarse en la ciudad de Huancayo, mediante una estructura de trabajo colaborativo y descentralizado entre Perú y Ecuador. El proceso se inició con el diseño conceptual y modular del pabellón, seguido por una serie de pruebas a escala 1:1 de los módulos, y finalizó con una réplica del montaje en un terreno con características similares al del emplazamiento definitivo. El desarrollo se llevó a cabo a través de un sistema de montaje dual, que combinó piezas previamente ensambladas y construidas —como uniones de aristas y anclajes— con elementos incorporados directamente en el sitio. Estos componentes prefabricados fueron transportados al lugar, lo que permitió reducir considerablemente los tiempos de montaje. En el emplazamiento final se adquirieron los elementos verticales metálicos, ajustados a las dimensiones previamente testeadas.

