Eleni Petaloti y Leonidas Trampoukis crearon Objects of Common Interest en 2015 con el propósito de elaborar objetos domésticos, formas abstractas e instalaciones. Desde entonces han intentado anclar en la realidad una inquietud latente sobre la materialidad, el color y el desarrollo de experiencias espaciales tangibles. La dupla de arquitectos, que se mueve entre Grecia y Estados Unidos, describe su trabajo como “un balance entre lo formal y lo intuitivo, que abarca lo artesanal, lo experimental y lo poético”. En la siguiente conversación con Leonidas Trampoukis exploramos la idea de la escala intermedia: cada pieza, por su forma y materialidad, encarna preocupaciones arquitectónicas, mientras que su disposición traduce la voluntad de crear un espacio libre de interpretación.
Lisa Naudin: Leonidas, junto a Eleni fundaron LOT office for architecture y crearon Objects of Common Interest (OoCI), una iniciativa dedicada a diseñar objetos e instalaciones. Queremos hacerte algunas preguntas sobre su forma de trabajar en general, y además nos gustaría profundizar sobre los objetos y las instalaciones.
Leonidas Trampoukis: Sí, claro. Parece que ahora están publicando diferentes escalas en PLOT. Recuerdo que al principio se trataba más bien de arquitectura.
Florencia Medina: Hemos incluido algunas prácticas de diseño que se centran en la idea de escala intermedia. Lo hicimos con algunos talleres de Buenos Aires y nos pareció una buena oportunidad publicar su trabajo como una nueva referencia.
LN: ¿Qué influencia crees que tiene tu trayectoria académica sobre tu práctica?
LT: Con Eleni tenemos una formación similar, es decir, no simultánea, pero ambos seguimos el mismo camino. Los dos nos graduamos como arquitectos en Grecia e hicimos un año de intercambio en la escuela de arquitectura en París La Villete. Tenemos el mismo título de maestría de la Universidad de Columbia, que cursamos juntos. En Europa los programas de estudio son un poco más pragmáticos. En Estados Unidos, el campo de la arquitectura puede abrirse a la investigación y a diferentes escalas de prácticas. Luego, en el medio, la experiencia de París fue como una tormenta mental para ambos, nos abrió a la historia de las vanguardias en Francia y a referencias que eran nuevas para nosotros y para nuestra formación arquitectónica griega. Terminó dándonos muchas ideas acerca de que la arquitectura no es solo arquitectura: es muchas otras cosas. Lo que hacemos con los objetos está en una escala intermedia, mientras que las instalaciones son básicamente el núcleo arquitectónico de nuestros estudios, porque hablan del espacio que luego puede diluirse en piezas mucho más pequeñas.
LN: Recién mencionabas que en Europa los programas de estudio son más pragmáticos. ¿Podrías contarnos un poco más sobre la experiencia de estudiar arquitectura en Estados Unidos?
LT: En Europa, al salir de la escuela de arquitectura, sabés construir un edificio, sos arquitecto de inmediato. En ese sentido, es más pragmática. Estados Unidos tiene un sistema diferente, más orientado a lo conceptual, a las ideas, y menos a la realización. Después de formarse en el núcleo de los estudios arquitectónicos, los estudiantes de Estados Unidos no son inmediatamente arquitectos; están entrenados para convertirse en pensadores. No solo piensan la arquitectura: piensan una idea mucho más amplia. La mayoría de mis compañeros no terminaron siendo arquitectos, sino que trabajan en distintas áreas. Te permiten explorar tu campo de intereses, aquello que querés saber. Ese ha sido el caso de Eleni; después de completar sus estudios en Columbia se interesó en otras cosas y oportunidades que surgieron. Durante los siete años siguientes trabajó para la Fundación Guggenheim de Nueva York y como Directora del Taller de la artista Mariko Mori.
LN: Eleni tiene una formación artística y vos trabajaste para algunos estudios muy conocidos, como Skidmore, Owings y Merrill (SOM) y con el arquitecto mexicano Fernando Romero. ¿Cómo se complementan mutuamente en el trabajo diario?
LT: Nos conocemos muy bien, no solo porque llevamos mucho tiempo trabajando juntos, sino porque tenemos antecedentes similares. Nos complementamos en el sentido de que pensamos de la misma manera y buena parte de nuestro trabajo comienza en la conversación. Todo surge allí, después bocetamos y luego materializamos. Eso nos da la libertad de poder trabajar en cualquier parte y discutir ideas; así surgen los conceptos. Nos complementamos mutuamente porque podemos discutir. Ese es el núcleo de la investigación.
LN: ¿Cómo se formó LOT y qué los llevó a crear OoCI? ¿Cómo trabajan entre los dos estudios y sus diferentes escalas?
LT: Empezamos oficialmente con LOT después de 2014, cuando nos seleccionaron para el Directorio de Arquitectos de la revista Wallpaper en 2014. Eso marcó nuestro comienzo oficial. Luego ganamos el Flatiron Public Plaza Holiday Design Competition, dirigido por el Van Alen Institute de Nueva York para realizar una instalación en Manhattan. Siempre habíamos tenido interés por las escalas más pequeñas y nunca habíamos podido materializarlo. Esa fue la primera vez que jugamos con el espacio y los elementos temporales, la escala intermedia. Anteriormente, en Grecia, habíamos jugado con la escala más pequeña, creado para nuestro propio interés, no para proyectos particulares. Alrededor de 2015, comenzamos a formalizar estas experiencias y de algún modo todo el trabajo previo se volvió más formal. El nombre que elegimos para el estudio hermano de LOT nos dio la libertad de trabajar con otra escala y otros materiales. Somos el mismo equipo y tenemos dos nombres que nos permiten trabajar en distintas direcciones y tal vez fusionarnos nuevamente o no. Solo nos dio la libertad de tener dos identidades diferentes.
LN: ¿Cómo explicarías el nombre OoCI?
LT: Esencialmente, lo que sugiere el nombre interés común es que diseñamos objetos que son de nuestro propio interés. Surgen de nuestras propias ideas y no de una investigación especial. Entonces, por supuesto, pueden ser comunes para ambos. No solo para Eleni y para mí, sino para las personas que nos encontramos en el camino. Así que esa es, más o menos, la idea detrás del nombre, una suerte de título largo. LOT office for architecture alude a un lote vacío, en el sentido de crear espacio a través de la materialidad y la luz, mientras que Objects of Common Interest es un título más específico y elaborado.
LN: ¿Cómo está compuesta la oficina hoy?
LT: Tenemos dos oficinas, una aquí en Nueva York y otra en Atenas. En este momento tenemos tres personas aquí y tres personas en Grecia, los dos estudios crecen en paralelo. Las oficinas trabajan como una sola, en tiempo real y con interacción. Desarrollamos nuestra vida privada entre estas dos ciudades, así que es importante tener bases en ambos lugares. En Grecia trabajamos mucho en la concepción de los objetos, la fabricación y la producción, así como con la arquitectura. Trabajamos con varios estudios artesanales locales que hacen los objetos finales para nosotros. El equipo que trabaja allí se encarga mayormente de la producción. Aquí en Nueva York trabajamos igualmente en proyectos similares junto con la oficina griega, sin que la ubicación sea una limitación.
Pasamos cerca de un tercio del año en Grecia y el resto en Nueva York, y en el medio viajamos mucho por trabajo. Nuestra labor se basa en bocetar y conversar, de manera que podemos crear dondequiera que estemos. No tenemos una agenda estricta, las personas con las cuales trabajamos son independientes y, en la medida en que el trabajo esté hecho, tienen libertad para vivir sus vidas. Queríamos tener este tipo de entorno abierto para la gente que trabaja con nosotros. No tenemos una forma tradicional de producir en la oficina, podemos esbozar un objeto y a continuación hacer un diseño para un concurso y luego, algo que creo que mantiene a todos contentos e interesados, volver al boceto. No tenemos tiempo para aburrirnos haciendo una y otra vez lo mismo.
LN: ¿Podrías contarnos más sobre el trabajo en paralelo entre LOT y OoCI?
LT: Es una mezcla. Lo articulamos cuando podemos, cuando queremos, cuando es posible. Somos las mismas personas, venimos del mismo lugar, lo que intentamos es separar la escala. Por ejemplo: una caja pequeña para los objetos y todo lo que se toca con el espacio vital es arquitectura. Como el caso del Talk Theater en DesignMiami/ el año pasado. Se trataba más bien de un espacio arquitectónico que a la vez era temporal, así que hubo un trabajo común entre LOT y OoCI en el espacio. Estaba hecho de muchos objetos diferentes, interconectados. Conceptualmente podemos amalgamarlos cada vez que consideremos que se trata de una “escala intermedia” o como un aspecto artístico de OoCI.
FM: A propósito de eso, quería preguntarte si el trabajo con los objetos surge como un interés personal que después se orienta hacia concursos o ferias de arte, o bien si son respuestas específicas a situaciones específicas, como un concurso.
LT: Es una mezcla de ambas. Empezamos creando ideas que materializamos nosotros y después trabajamos junto con las galerías para exhibirlas. Así hicimos la exposición “New Reflections” en la Matter Design Gallery de Nueva York; en abril volveremos a exponer en Matter. Además tenemos encargos de empresas que diseñan nuevas colecciones de mobiliario y alianzas especiales: actualmente estamos trabajando con Instagram en algunas piezas a medida para sus oficinas en Nueva York, Los Ángeles y San Francisco. También estamos iniciando una nueva colaboración con una empresa especial para una exposición a realizarse el año que viene en el Salone de Milan. Al mismo tiempo, creamos proyectos por encargo para instalaciones de gran envergadura en colaboración con Art Athina en Grecia.
LN: ¿Trabajan con referencias? ¿De qué manera influencian o guían su trabajo?
LT: Por lo general, partimos de referencias relacionadas con el arte, que llegan de manera intuitiva, como Josef Albers e Isamu Noguchi.
Siempre mezclamos cosas: arquitectura y obras de arte. Por ejemplo, nos interesa la forma en que el arte interactúa con las personas; por eso miramos mucho en el trabajo de Olafur Eliasson, nos gusta el arte conceptual y el movimiento de arte conceptual. La idea parte de un proceso aleatorio, una referencia o algo que vimos, que después mezclamos en nuestra mente, se nos ocurre algo y de nuevo volvemos a investigar y buscar referencias.
LN: ¿Cuándo aparece la necesidad de conectar su trabajo con la teoría?
LT: Principalmente las referencias artísticas aparecen cuando necesitamos ponerlas en papel y escribir un párrafo. Muchas veces tenemos ideas abstractas de lo que queremos contar del proyecto, pero al final siempre se reducen al resumen de un texto, en el cual las ideas se vuelven concretas y claras. En este punto pasamos tiempo investigando para entender qué sucedía en el trabajo de diseño en el pasado, cómo podemos diferenciarnos de lo que ya ha sucedido y qué queremos añadir al discurso. Es más bien una forma de definir nuestro trabajo.
LN: Quisiera que nos cuentes más sobre el proceso de fabricación de los objetos y cómo trabajan con los materiales.
LT: No nos interesa trabajar con un medio específico, siempre estamos explorando cosas nuevas. En el taller hacemos maquetas rápidas y de ahí queremos pasar de los bocetos a los modelos 3D y luego a las cosas físicas. Por eso trabajamos con distintos fabricantes locales que pueden producir con facilidad. Necesitamos ver el producto final para juzgarlo; estamos presentes durante todo el proceso de producción, porque nos permite modificar y ajustar cosas.
Tenemos un taller en Atenas y aquí en Nueva York hacemos muchas cosas con vidrio y acrílico. Por ejemplo, el proyecto que estamos haciendo para Collective está centrado en la iluminación. Trabajamos con dos fabricantes diferentes, uno en Estados Unidos y el otro en Grecia. Aquí plegamos el acrílico y enviamos el producto a Grecia para montarlo juntos. Trabajamos este proyecto de la misma manera en que lo hacemos en la oficina: siempre tratamos de encontrar piezas de lugares diferentes y unirlas.
FM: Tal vez podemos revisar algunos de los proyectos que incluimos en esta edición: Relativity of colors, Relativity y Totems, y las tres instalaciones: Landscape, Untitled y Formation. ¿Podrías hablarnos más sobre estos objetos y las instalaciones?
LT: Voy a empezar por el principio. Relativity of colors comenzó como una exploración de nosotros mismos. Eleni quería jugar con el color, con el balance. Nos gusta la idea de la ilusión. Como si las cosas no estuvieran pegadas… parecen tocarse y a la vez desmoronarse, pero no realmente. Relativity of colors tiene una base de vidrio que permite intercambiar la pieza
Trabajamos todas estas ideas y luego colaboramos con Matter Made en Brooklyn para llevarlas a una línea de producción que terminó convirtiéndose en el proyecto Relativity, que inicialmente tenía una base de mármol o acrílico. Estos proyectos empezaron como una iniciativa personal y después se hicieron realidad por medio de la colaboración.
Totems surgió de una conversación con Bloc Studios. Teníamos ciertas ideas que queríamos materializar y nos acercamos a ellos para la instalación en Salone. Una vez más con el concepto de una pieza estructural intermedia que también tiene un semiuso, como un sendero y una pieza central, con la idea de que las cosas se entrelazaran, fueran flexibles.
La instalación Untitled fue breve. Se montó en un espacio que iba a ser utilizado durante la semana en la Collective Art Fair de Nueva York. Decidimos hacer una instalación de objetos independientes, que después pudieran existir por su cuenta. En ese momento estábamos obsesionados con los bloques de vidrio, que estábamos usando también en un proyecto arquitectónico en Brooklyn. Empezamos con un campo de objetos. No tenían un propósito, no sabíamos si las personas iban a pararse, sentarse o acostarse sobre los objetos. Queríamos que pareciera un proyecto artístico.
Formation fue un encargo abierto para crear una instalación en la entrada de Art Athena en Atenas. Nos ofrecían la entrada del espacio y, una vez más, nos propusimos hacer algo a medio camino entre la practicidad y la imposibilidad de usar los objetos. Observamos cómo interactúan las personas con los elementos: en la inauguración había gente que daba saltos arriba y abajo de los objetos, niños que jugaban. Nos gustó esta suerte de indeterminación en el uso de algo que no se sabe bien qué es, pero que empieza a parecerte cercano y comenzás a usarlo. Ahora, en Bruselas, es diferente. Se trata de una exposición individual de nuestro propio trabajo. Combinamos dos proyectos nuevos que llamamos Formation #2, una exploración de la misma idea de Art Athena pero con formas y luces suaves y una colección de nuevas piezas de iluminación escultóricas: la primera vez que trabajamos con luces. Trabajamos con la idea de ilusión. Es como Formation pero hecha de luz. Así que, de alguna manera, hay una continuidad de un proyecto a otro en términos de conceptos o ideas abstractas, pero cada uno está fijo en la realidad. Por ejemplo, aunque el proyecto de Bruselas es similar a Formation, la interacción con las personas es diferente: el contexto es distinto y los visitantes no tocan los elementos, no se sientan en ellos. Es una situación ambigua; el contexto determina si se puede hacer algo allí, o simplemente ver la obra.
LN: En la memoria del proyecto Landscape mencionan que la suavidad de las formas era una referencia al paisaje de tu infancia. Es interesante la forma en que todas esas referencias atraviesan tu trabajo.
LT: Las referencias son abstractas y personales, pero cuando las combinás te llevan a una idea particular. Ahora estamos trabajando en una instalación para la próxima Art Athena, en junio de 2019, que tiene que ver con el movimiento, es un trabajo en curso. Un sentimiento, una sensación específica puede convertirse en un proyecto.
LN: Los objetos dan la impresión de sostenerse por sí mismos, con una estética escultórica, mientras que las instalaciones ofrecen la posibilidad de ver una composición. Las instalaciones parecen ser la manera de hacer que los objetos interactúen. ¿Cuál es la relación entre los objetos y cómo los articulan?
LT: Cuando ponemos los objetos juntos, crean espacio. Ese espacio tiene diferentes posibilidades y se convierte en una especie de arquitectura. Ahí se fusionan las dos prácticas. Un objeto individual tiene una historia, pero dentro de un contexto esa historia cambia. Cuando las personas empiezan a usarlo se produce una historia diferente y demanda una idea diferente. También nos gusta el carácter impredecible de las cosas que convergen y se convierten en algo por sí mismas. Como con un edificio: podemos tener muchas ideas cuando lo construimos, pero cuando las personas lo usan es diferente.