En el año 2009, estudioHerreros recibió el primer premio en el concurso internacional para la construcción del nuevo Museo Munch de Oslo. Desde entonces, transcurrieron trece años a lo largo de los cuales la oficina compartió, a través de publicaciones y conferencias, pequeños adelantos ligados al proyecto y a su acontecer cotidiano, siendo conscientes de la relevancia de desarrollar una obra de gran peso simbólico para la comunidad local. La apertura del espacio a finales de 2021 conlleva la búsqueda de articular una nueva concepción de los museos: instituciones que pongan de manifiesto la riqueza de su trabajo educativo y de investigación, por encima de espacios expositivos presuntuosos.
Su recorrido ascendente conecta el espacio público cubierto del vestíbulo, que aloja usos lúdicos, comerciales, culturales y de restauración, con las terrazas, el observatorio y el club de la cubierta, y permite contemplar, en paralelo con el descubrimiento de la obra de Edvard Munch, los diferentes estratos históricos de la ciudad. El gesto de concebir el sistema vertical de comunicaciones como un espacio público y un mirador ascendente, constituye la esencia del carácter heterodoxo que supone desarrollar un museo en vertical. Además, a lo largo del recorrido, el público descubre otro tipo de espacios: salas de restauración, dependencias administrativas, la biblioteca o el centro educativo, que expresan una complejidad programática que supera la idea convencional del museo como un conjunto de salas que se visitan y una serie de dependencia invisibles en las que se maneja la institución.
Por su parte, los enormes encofrados deslizantes, que operaron durante las veinticuatro horas durante su construcción, el uso de hormigones y aceros reciclados de baja emisividad, entre otros avances, le confieren al edificio un carácter pionero en varios frentes.
El nuevo Museo Munch es un centro dinámico destinado a la cultura contemporánea, en el que convergen públicos de diferentes edades e intereses (expertos, estudiantes, turistas, amantes del arte), atraídos por un programa que presenta una gran variedad de formatos. Su intensa actividad desplaza el centro de atracción de Oslo hacia su punto de encuentro con el fiordo, refundando el puerto vikingo que dio origen a la ciudad a través de la cultura y la fuerza de la sociedad civil.—