El proyecto se compone principalmente por la guardería, acompañada de un centro de atención diurna y un espacio subterráneo destinado al estacionamiento de automóviles, y se implanta en el extremo norte de un terreno delimitado por edificios de carácter heterogéneo y baja densidad espacial.
La guardería se desarrolla en dos plantas y presenta una clara zonificación: un hall de acceso con antepatio, estacionamientos subterráneos con claro acceso y salida, aulas y zona de juegos al aire libre.
El acceso para dejar y recoger a los niños pequeños se realiza a través de la entrada vecinal, ubicada en la fachada sur. Por el contrario, el acceso vehicular se sitúa en la fachada opuesta, estructurada por un patio pavimentado que, además, cuenta con dieciséis plazas para estacionar bicicletas. La separación de los flujos de tráfico permite a los niños entrar y salir de forma segura.
La zona de juegos está dividida en dos partes: una exclusivamente para la guardería y otra para la atención a los niños pequeños -el centro de atención diurna-. La principal idea del proyecto fue desarrollar una fuerte variedad de espacios para jugar y experimentar.
Los espacios exteriores están delimitados por plantaciones de diferentes especies y tamaños, y se componen de grupos sueltos de árboles, franjas de césped, sectores para merendar y juegos.
Respecto a su materialidad, el nuevo edificio aparece como un pabellón de madera con un delicado lenguaje arquitectónico. La madera natural y las ventanas de metal caracterizan su semántica sencilla.
El interior presenta superficies sólidas de madera local, superficies de colores y textiles, todas cuidadosamente coordinadas. Estas enriquecen el espacio con su agradable aspecto y tacto, pero dejan a los niños y educadores suficiente libertad creativa para su apropiación.
El uso de materiales de alta calidad, ecológicos y disponibles en la región, y el uso de sistemas constructivos energéticamente eficientes y de energías renovables, protegen el medio ambiente, respondiendo muy bien a los criterios actuales de sostenibilidad.
En conclusión, el Kinderhaus Kreuzfeld, es un proyecto que crea un mundo de experiencias orientado tanto a los niños como a la naturaleza.