
Jingyang Camphor Court se proyecta como un patio tranquilo en el corazón de Jingdezhen, Provincia de Jiangxi, China, una ciudad históricamente conocida por su producción de porcelana. El sitio está ubicado en una parte bulliciosa de la ciudad, caracterizada por la presencia de proyectos de renovación patrimonial industrial. El lote contaba con un edificio industrial preexistente largo y estrecho, salas mecánicas, un dormitorio y un pabellón deteriorado. A sus alrededores, los árboles de alcanfor habían alcanzado madurez y la conservación de estos fue una de las premisas del proyecto.

El diseño y la organización del hotel son diferentes a las tradicionales ya que por encargo del cliente parte del programa se abre al público. La disposición y la volumetría tanto de los edificios existentes como de los nuevos se organiza en torno a este requerimiento. El hotel se presenta como un salón público urbano, acompañado de una experiencia de hospitalidad orientada a la cultura y al ser humano.

El nuevo programa del hotel, las terrazas, las habitaciones, espacios de conferencias y el restaurante se organizan en torno a un claustro central de madera rodeado de los frondosos árboles de alcanfor.

Los edificios nuevos se ubican en estrecha proximidad con los preexistentes, creando una atmósfera íntima, personal y nostálgica, donde los huéspedes puedan descubrir las diferentes tonalidades de materiales dispuestas a lo largo de un camino, como si se estuvieran en un laberinto.


Hacia el oeste se proyecta un nuevo edificio tipo patio, cuyas tres paredes laterales avanzan y se retraen para formar pequeñas plazas públicas frente a ellos. Desde el exterior, el leve retroceso de estos edificios respecto a la calle atrae tanto a los huéspedes como al público. Hacia el este encontramos el acceso principal al hotel, bordeado de árboles y techos plegados otorga al conjunto una escala baja y acogedora. Las habitaciones del hotel se encuentran en el antiguo espacio del dormitorio, al norte del patio central. Se conservaron sus paredes, mientras que una nueva estructura sobresale del volumen existente. Cada habitación del hotel cuenta con un balcón que da al patio interior y a los espacios de paseo entre los edificios.
El restaurante se ubica en la antigua estructura de la fábrica en la parte sur del sitio. Se conservaron las paredes laterales originales añadiendo aislamiento térmico y acústico, además de refuerzos estructurales generales y una nueva estructura para la cubierta metálica. Se incrementó la altura del techo permitiendo nuevos tragaluces, creando así una atmósfera espacial más agradable y contemporánea para los huéspedes, al mismo tiempo que se mantiene presente el pasado industrial del sitio.

Los ladrillos originales utilizados tenían un tono rojo y naranja. Se eligió respetar esta paleta al elegir la tonalidad de los nuevos edificios. A lo largo del hotel, se utiliza un cemento de color cálido y un revestimiento de azulejos con un gradiente similar. Las paredes exteriores de los volúmenes preexistentes y nuevos son una mezcla de ladrillos de horno y ladrillos de arcilla antiguos. Su materialidad, color y textura están estrechamente relacionados con la historia de la producción de porcelana en Jingdezhen.

El Jingyang Camphor Court propone un nuevo tipo de experiencia hotelera a través de un gran patio accesible al público. Junto con la creación de un entorno tranquilo y natural, la estrategia de conservación, renovación y revitalización de un almacén preexistente fue clave para la disposición y volumetría de los nuevos programas creando una nueva y acogedora atmósfera y futuro para este hotel.

