El jardín de infantes de Clover House es el primer proyecto realizado por el estudio MAD en Japón. La escuela, situada en la pequeña ciudad de Okazaki, cuenta con vistas a los arrozales y a las montañas típicas de la Prefectura de Aichi.
El jardín de infantes funcionaba originalmente en la antigua casa familiar de los hermanos Kentaro y Tamaki Nara, que pronto se volvió demasiado pequeña e incapaz de ampliar sus objetivos educativos. Los hermanos deseaban crear una institución educativa moderna en la cual los niños pudieran sentirse tan cómodos como en sus propios hogares, permitiéndoles crecer y aprender en un ambiente acogedor.
“Era importante crear un jardín de infantes que se sintiera como un hogar y ofreciera a los niños el mejor entorno para crecer, un entorno que promoviera el aprendizaje y la creatividad”, dijo Ma Yansong, fundador y socio principal de MAD Architects.
Los hermano Nara eligieron a MAD para transformar la antigua casa familiar de dos pisos en una institución educativa completamente desarrollada. La transformación comenzó con una investigación de la casa existente de 105 m2. Al igual que las casas de los alrededores, el edificio de madera se construyó primero como una casa prefabricada estándar. Para mantener los costos de construcción al mínimo, MAD decidió reciclar la estructura de madera existente, incorporándola al diseño del nuevo edificio. La estructura original de madera está presente en toda el área principal de aprendizaje, como un recuerdo simbólico de la historia de Clover House. Sus espacios translúcidos y cerrados se adaptan fácilmente a las diferentes actividades de enseñanza. Las ventanas, formadas en varias geometrías reconocibles a los ojos de los niños, permiten que la luz del sol filtre y cree sombras siempre cambiantes que juegan con la curiosidad de los estudiantes y fomentan la imaginación.
“Diseñamos el edificio desde el punto de vista de un niño, y el diseño se centra en la creación de espacios íntimos y diversos”, dijo Ma Yansong.
La piel y la estructura de la nueva casa envuelven la vieja estructura de madera como un trozo de tela que cubre el esqueleto del edificio, creando un espacio borroso entre lo nuevo y lo viejo. El punto de partida de The Clover House es el característico techo a dos aguas.
La forma de la casa recuerda a una cueva mágica o a un fuerte. Comparada con la residencia original de la cadena de montaje, la nueva estructura tridimensional de madera ofrece una forma más orgánica y dinámica para albergar el jardín de infantes. La fachada y el techo utilizan materiales blandos comunes , como tejas de asfalto para proporcionar impermeabilización, a la vez que envuelven toda la estructura en una vaina de piezas similares al papel.
“Queríamos crear una pieza arquitectónica alegre, que permaneciera en la memoria de los niños al crecer”.
Ma Yansong
Para reafirmar la atmósfera lúdica general del jardín, un tobogán desciende desde el segundo piso del edificio hasta una zona de juegos al aire libre, situada en un patio abierto frente al edificio.