El proyecto del nuevo Centro Cultural de la ciudad de Vreden pretende integrarse al patrimonio medieval del sitio y establecerse como un hito contemporáneo que contribuya activamente a la vida cultural y social. Su forma surge a partir del contexto y se extiende sobre la estructura a pequeña escala de las viviendas a lo largo de la muralla medieval, definiendo el nuevo borde de la ciudad.
En total, se añadieron dos nuevos cuerpos a los cuatro volúmenes preexistentes, dando forma a un conjunto que abarca un período que se extiende desde el siglo XIV hasta la actualidad. Se conservaron dos edificios catalogados de los siglos XIV y XVI, que constituyen un raro ejemplo de arquitectura de preguerra en la zona. Además, se unificaron dos edificios de los años 70 y 80, que formaban parte del antiguo Museo de Hamaland.
Así, bajo sus techos a dos aguas de 100 metros de longitud, la propuesta abarca seis edificios que pertenecen a cuatro siglos diferentes. La creación de un conjunto a partir de tal diversidad estilística e histórica fue posible gracias a una investigación sobre los materiales locales y el trabajo sobre las fachadas.
Para preservar la legibilidad de las capas históricas, las fachadas están sutilmente desplazadas y revestidas con ladrillos locales, que cambian suavemente de tonalidad. El resultado es un gran edificio que permite leer la yuxtaposición de diversas identidades que coexisten de forma armoniosa.
En cuatro niveles, el programa despliega un museo histórico-artístico de 1.400 m2, oficinas para la administración cultural del distrito, espacio para los archivos locales, un área educativa, un punto de información turística y sectores para eventos y exposiciones temporales.
En contraste con los exteriores, ligados al entorno y a las edificaciones preexistentes, los interiores presentan una estructura de hormigón visto que les confieren un lenguaje más contemporáneo. Los acentos amarillos sobre los muros del eje central que une los espacios auxiliares del museo, las dos recepciones y el archivo, ofrecen un contrapunto con la estructura.
Situada sobre el atrio central está la escalera escultórica de hormigón. A partir de este punto, los visitantes disponen de una visión clara del conjunto y de las distintas salas del complejo. La escalera no solo conduce a las diferentes exposiciones, sino que también opera como telón de fondo del atrio, que en ocasiones se utiliza para conferencias, festivales y conciertos.
Las aberturas de los espacios centrales proporcionan iluminación natural, permiten identificar las diferentes áreas del museo y facilitan la orientación. Por otra parte, las salas de exposición cuentan con una iluminación tenue, focalizada en los objetos exhibidos.
