

Una red de senderos peatonales atraviesa la cuenca previamente deshabitada, generando un sistema circulatorio de caminos que permiten recorrer el espacio en todas las direcciones. Estos senderos conforman superficies circulares que recrean en el suelo una constelación en forma de burbuja. Dentro de estas áreas delimitadas, diversas instalaciones fomentan el juego, el ocio, la actividad física, la relajación y el bienestar personal.

El parque cuenta con mesas de ping pong, áreas equipadas para jugar ajedrez y damas, un gimnasio al aire libre para entrenamiento de fuerza y canchas de vóley, fútbol-tenis y bochas. Además, cuenta con áreas de descanso con reposeras, hamacas, asientos circulares, bancos lineales, pufs de hormigón pigmentado y mesas ubicadas bajo sombrillas de colores. Un pequeño bosque de tallos metálicos sostiene velas de sombra y guirnaldas. Rodeado de extensas colinas de césped, el programa se complementa con salones al aire libre y una plaza circular para eventos.


Entre llanuras y colinas verdes, más de trescientos árboles y arbustos conforman un llamativo paisaje artificial donde especies autóctonas y no autóctonas, materiales naturales y superficies cubiertas, forman una alianza estratégica, protegiéndose mutuamente frente al cambio climático.

El agua utilizada para el riego de los árboles se obtiene de la recolección de agua de lluvia, mediante un pozo de extracción ubicado bajo tierra. Una cuenca de retención superficial recoge el exceso de agua de lluvia durante precipitaciones intensas, protegiendo los senderos naturales de grava contra el anegamiento y permitiendo su infiltración gradual en el suelo.


La iluminación inteligente detecta la presencia de visitantes y ajusta la intensidad lumínica en consecuencia, optimizando el uso de energía y eliminando desperdicios.
