La Plaza Mallorca es un espacio de transición, situado entre el casco histórico y los tejidos urbanos de Inca, en las Islas Baleares, y está condicionada por los flujos peatonales y de tráfico vehicular que la atraviesan y la rodean. En 2016, el municipio de la ciudad convocó a un concurso abierto para llevar a cabo una reforma, y eligió la propuesta de Son Studi, que finalizó el proyecto a finales del año pasado.
La reforma parte de la estructura preexistente de la plaza, dividida en dos partes: la primera, a nivel del suelo; y la segunda, que cuenta con dos niveles de estacionamiento. Uno de ellos está ubicado en un subsuelo, mientras que el otro sobresale cuatro metros por encima de la cota cero.
Este último volumen, que fragmenta longitudinalmente el sitio en dos partes, creaba una barrera física y visual, que condicionaba la apropiación del espacio por parte de los visitantes. La propuesta actúa en la intersección entre los niveles, lo que se traduce en la integración de ambos sectores y, además, brinda nuevos usos.
La estrategia constructiva se basa en la reorganización geométrica de la plaza a partir de un sistema modular de soportes extensibles, que toman como base la estructura de pilares y losa reticulada del estacionamiento subterráneo.
La estructura de soportes metálicos verdes se apoya sobre ambos niveles, y mantiene tensos unos toldos de tela. Por otra parte, sobre el muro que divide la plaza se construyó una grada continua que conecta los dos niveles.
El proyecto se complementa con la reforma de la fachada del estacionamiento y con la incorporación de nueva vegetación, dispuesta principalmente sobre unos canteros que bordean los extremos de la plaza.