La Estación Ferroviaria de Bruselas, construida a principios del siglo XX, era considerada la terminal de ferrocarriles de mercancías más grande de Europa. Sin embargo, el paso del tiempo hizo que el predio cayera en desuso. Así, con el objeto de dotar a la zona de un nuevo carácter, Neutelings Riedijk Architects y Bureau Bouwtechniek proyectaron un espacio para oficinas de renombre y empresas emergentes, que conserva la estructura de hierro original.
El edificio tiene 280 m de largo por 140 m de ancho. Consta de tres salas grandes y cuatro más pequeñas, que ahora son accesibles al público. Bajo los techos existentes de las naves laterales, se añadieron doce nuevos volúmenes cerrados para albergar el nuevo programa de 45.000 m2.
Como explica Michiel Riedijk, arquitecto del proyecto, los doce pabellones rodean una nueva estructura de bulevares, calles, parques y plazas, que se integran al contexto urbano existente y a la estructura del edificio de forma natural y lógica, como si se tratara de una verdadera ciudad.
El espacio central, considerado el corazón del edificio, se inspiró en las ramblas y se mantuvo abierto para eventos públicos. Los recorridos peatonales de 16 m de ancho dan espacio a jardines interiores con grandes árboles, proyectados por el estudio paisajista OMGEVING.
En total se proyectaron diez jardines, que se agrupan en cuatro tipos: “jardines del bosque”, “jardines de las flores”, “jardines de las hierbas” y “jardines de las fragancias”. La elección de la flora tuvo en cuenta el tipo de suelo del lugar y el clima. Por otra parte, el artista plástico Henri Jacobs diseñó ocho mosaicos artísticos para las plazoletas.
Con relación a las oficinas: el objetivo principal fue crear un entorno de trabajo saludable, luminoso, abierto e inspirador. Los pabellones están compuestos por una planta baja, un primer piso y un segundo piso con un altillo adicional bajo la cumbrera. Los espacios, desarrollados mediante un sistema modular, pueden transformarse fácilmente para albergar varias funciones, como oficinas, talleres, tiendas y salas de exposición.
Los volúmenes vidriados que ofician de acceso en planta baja y sobresalen de la fachada, operan como balcones para los niveles superiores. Por lo demás, los pabellones están interconectados por esculturales escaleras de roble sobre las calles interiores.