En 2019, el departamento de Bomberos de Amberes inauguró una nueva estación en el distrito de Wilrijk, cerca de la ruta vehicular Gaston Fabrélaan, al sur de la ciudad. El edificio, diseñado por el estudio belga Happel Cornelisse Verhoeven debía proporcionar un depósito para camiones y escaleras, oficinas, salas de estar, vestuarios y dormitorios, espacios indispensables para un cuartel que cubre turnos sucesivos durante todo el día.
El proyecto ocupa una manzana. De esta manera, se aleja de los edificios vecinos y ofrece un gran espacio para la circulación de vehículos.
Los programas están distribuidos en una planta rectangular dividida en dos partes. La primera, de doble altura, tiene por objeto contener a los camiones. La segunda, dividida en dos niveles, articula oficinas y cuartos. El primer piso aloja el gimnasio y las salas de estar. A su vez, en la cubierta, un pequeño volumen alberga la sala técnica.
La estructura se articula a partir de la escalera central, que conecta los pisos y asegura un movimiento fluido del personal durante una llamada de intervención. La planta baja, el garaje y los espacios de trabajo se realizaron en hormigón.
Los pisos superiores, destinados a oficinas y viviendas, están desarrollados en madera laminada cruzada, para generar ambientes más cálidos y domésticos. Los marcos de las puertas, los armarios empotrados y los zócalos revestidos le dan un toque pardo a la estructura.
En términos generales, la envolvente del edificio está construida en hormigón y madera contrachapada, e incluye solo núcleos centrales con ascensores y baños. Los complementos restantes, como las separaciones espaciales, los realizaron los propios usuarios de acuerdo con sus necesidades. Aunque en la actualidad el proyecto cumple con la normativa legal de un edificio comercial, pretende superar la división entre vivienda y trabajo, entre uso comercial y residencial, cuestionando las normas existentes.
En la arquitectura, las normas sociales estructuran nuestras expectativas de convivencia y a menudo reducen la complejidad de la interacción social. Al mismo tiempo, las normas forman un marco en el que los usuarios pueden comportarse de forma segura y libre. Terrassenhaus Berlin / Lobe Block consigue plantear las tensiones entre lo público y lo privado introduciendo un modelo de construcción para el contexto urbano. Con su excepcional profundidad, las terrazas crean distancia y privacidad, mientras que las escaleras exteriores –que conectan el jardín comunitario con la terraza pública– favorecen encuentros deseados e imprevistos.