
El proyecto surge a partir de un concurso organizado por AWN (Archiworld Network) y el Municipio de Alpago en 2018, orientado a enfrentar el fenómeno de despoblación mediante la inversión en infraestructura educativa. La nueva escuela se estructura en torno al concepto de “plaza cubierta”, retomando una idea primitiva de asentamiento: un volumen suspendido sobre cuatro núcleos que genera un espacio protegido en continuidad directa entre interior y exterior, pensado para funcionar como centro cívico fuera del horario escolar.


Los núcleos de hormigón coloreado, que concentran los espacios de servicio, definen el perímetro de esta ágora, donde las actividades se influyen mutuamente en un laboratorio extendido, animado por los volúmenes de madera de la sala de lectura y el front-office. El eje peatonal arbolado del masterplan atraviesa el edificio e introduce la vegetación en el interior mediante patios perimetrales que iluminan las áreas de uso colectivo.




En los dos niveles, aulas y laboratorios se disponen alrededor de la ágora, con la que mantienen un contacto constante gracias a ventanas y tabiques corredizos. La permeabilidad visual entre los distintos ámbitos configura un paisaje interior continuo. El proyecto busca, además, la coincidencia entre forma, estructura y materialidad a través de una envolvente de hormigón visto, realizada con tecnologías avanzadas de prefabricación que integran aislamiento y sistemas, evitando capas de acabado adicionales.



