
El proyecto consiste en la creación de una escuela profesional con un enfoque pedagógico inclusivo y social. Las áreas de formación principales incluyen horticultura, gastronomía, construcción y carpintería. Desde el planteo arquitectónico, la escuela se concibe como un híbrido entre una institución educativa tradicional y un espacio de producción.

Un extenso techo de hormigón de perfil bajo, de tres mil metros cuadrados, cubre las aulas, los espacios comunes y las áreas administrativas. Cada sección de formación cuenta con su propio taller, con espacios de doble altura que generan volúmenes singulares emergiendo por encima de la cubierta. Una circulación central, acompañada por una serie de patios, introduce luz natural y elementos del exterior en una estructura inusualmente profunda.


La filosofía general del proyecto se basa en abrazar la materialidad inherente de los materiales de construcción en bruto, con una atención meticulosa a su implementación. Esta búsqueda de simplicidad también define la estrategia energética del edificio, que recurre a soluciones de baja tecnología y deja a la vista todos los elementos técnicos.


El diseño del paisaje desempeña un papel clave, actuando en distintas escalas: desde patios íntimos hasta el amplio parque que rodea el edificio. Concebido como un ecosistema funcional, el proyecto fomenta la colaboración educativa con la sección de horticultura de la escuela.


