El poblado de Bresanona, en Bolzano, es la ciudad más antigua del Tirol, y aunque posee una población relativamente pequeña de 19.000 habitantes, constituye el centro económico del Valle de Isarco y es la tercera ciudad del Alto Adigio. Allí, el estudio Carlana Mezzalira Pentimalli concluyó la nueva sede de la Escuela de Música de Bresanona, una institución fundada en 1961 y que constituye un hito para toda la región.
Situado en la zona norte, cerca del casco antiguo, el proyecto representa una nueva puerta de entrada a la ciudad, e integra un plan más amplio, que incluye la construcción de un estacionamiento público subterráneo de dos niveles, con un parque urbano transversal en la cubierta. Al sur también se construirá una plaza con otro estacionamiento subterráneo, que unirá la carretera del Brennero, antigua arteria entre Austria e Italia, con la pileta municipal y el casco histórico.
El programa, concebido para albergar a 1.000 estudiantes, está organizado en tres niveles y un subsuelo. En planta baja, se accede mediante un patio público denominado “el patio de la música”, que distribuye los diversos flujos de personas a las diferentes salas y además albergará servicios complementarios, como quioscos, almacenes y estacionamiento.
La monumentalidad de las fachadas exteriores contrasta en los interiores con ambientes de menores proporciones y paletas de colores neutros. El vestíbulo de acceso cuenta con amplias aberturas con vistas hacia el exterior y sillones dispuestos estratégicamente cerca de las salas de servicios, revestidas en colores crema. Asimismo, una serie de cortinas con propiedades de absorción acústica filtran el ingreso de luz solar.
La planta baja cuenta además con una sala de conciertos, salas de ensayos, aulas y una biblioteca de música. Los niveles superiores articulan oficinas, salas para profesores, salas de ensayo, aulas, un quiosco y espacios para estudiantes. Por otra parte, el subsuelo incluye un sector de estacionamientos, depósitos y salas de máquinas.
El edificio se construyó íntegramente en hormigón armado a la vista y coloreado en tonos rosados. A excepción del patio, que cuenta con una textura inspirada en los patrones de los tejados de la zona, el resto de las superficies cuenta con un abujardado a mano para que destaquen con la luz natural. Acabados sencillos que reinterpretan de forma contemporánea los ornamentos que colman el corazón de la ciudad.
Las salas de ensayo y de conciertos ofrecen un contrapunto con el resto de los programas, abiertos y luminosos, y cuentan con materiales de colores oscuros, como el rojo y el azul. Se trata de espacios que pueden utilizar tanto alumnos como profesores. Por otra parte, tambiénpueden organizarse eventos para la comunidad de Bresanona.