El proyecto se concibe como una persiana urbana, que, en lugar de proteger una ventana, cubre toda una plaza, y en lugar de resguardar a un sólo individuo, congrega a toda una comunidad.

En marzo de 2022 finalizaron las obras del Centro de Eventos, centradas en mejorar la comodidad y la seguridad de las miles de personas que acuden allí cada año para fiestas, reuniones de empresas y lanzamientos de productos.

La transformación más importante tuvo lugar en el claustro, el espacio que acoge actos de mayor envergadura. Desde la década de 1980, estaba cubierto por un techo piramidal de paneles acrílicos. No ofrecía la evacuación de humos ni el aislamiento térmico y acústico necesarios para este tipo de uso. Además, carecía de sistema de aire acondicionado, por lo que resultaba bastante incómodo en los días de mucho calor.

El diseño del nuevo techo fue el resultado de un largo proceso de investigación técnica y formal, necesario por el deseo de garantizar que fuera estructuralmente ligero, técnicamente eficiente y arquitectónicamente coherente con las elevaciones del claustro. La solución adoptada consistió en un sistema de cerchas dispuestas ortogonalmente, formando un conjunto de panales, iluminados desde arriba por claraboyas.

En algunos espacios se ocultaron las nuevas instalaciones técnicas, en otros se aceptaron como elementos que se suman al conjunto de la composición. En algunos casos, el lenguaje es decididamente contemporáneo, en otros se adoptó un enfoque más conservador, replicando el diseño de la carpintería, la albañilería y la metalistería antiguas.

Fue un trabajo extenso y complejo que requirió frecuentes y continuas adaptaciones a medida que avanzaban las obras. El resultado demuestra cómo el equipo de diseño logró incorporar todo lo necesario para gestionar un centro de eventos moderno y hacerlo sin desfigurar espacios que destacan por su valor arquitectónico y patrimonial.