Bajo la sombra de las colinas de Brdy, una densa niebla envuelve el paisaje creando un aura de misterio. A medida que los primeros rayos del sol atraviesan la niebla en su camino hacia un nuevo día, los contornos de los abetos comienzan a revelarse lentamente y en el lugar el que antes se encontraban un taller de carpintería y una antigua escuela, ahora emerge la silueta de un nuevo edificio.
Abordar el diseño de un conjunto de viviendas en medio de un pequeño pueblo, en lugar de una ciudad, representó un desafío interesante para el equipo de arquitectos. La zona de producción existente, que carecía de funcionalidad, perdía sentido en este contexto desde la perspectiva de la planificación urbana y el futuro desarrollo del lugar. Por tanto, se decidió limpiar los volúmenes de los tres principales edificios originales del lugar hasta convertirlos en formas arquetípicas, sin agregar elementos adicionales, utilizando el amplio patio como estacionamiento.
Sobre la huella de la estructura sur, que fue demolida debido a las malas condiciones de los cimientos, se construyó un nuevo edificio de tres plantas. A lo largo de sus fachadas sur y este, se diseñaron balcones continuos que proporcionan sombra y una terraza propia para cada departamento. Al extender el tejado a dos aguas y crear una disposición de columnas, se unificó el espacio en una silueta compacta. Las unidades de la planta baja están conectadas por una entrada directa al estacionamiento y aprovechan el jardín del lado sur.
El edificio oriental, que era la antigua escuela utilizada como almacén, se caracterizaba por sus muros de ladrillo macizo y un alto zócalo de piedra. En esta parte del proyecto se propusieron viviendas tipo dúplex, con la primera planta al nivel de la zona del estacionamiento y jardines privados que ofrecen vistas hacia el oeste, hacia los bosques de Brdy. Cada dúplex tiene su entrada independiente por escaleras en el lado este.
Con el objetivo de unificar y armonizar arquitectónicamente el conjunto, y que éste se integre de manera natural en la morfología del entorno, se utilizaron materiales acordes, como la madera. Los tonos de la misma se mantienen uniformes en todo el complejo, al igual que los perfiles de las barandillas, el color de las ventanas y las manillas de puertas y ventanas.
Como parte del diseño, para uno de los departamentos dúplex dentro de la estructura oriental, se desarrolló una solución detallada. Esta unidad, particularmente larga y estrecha, se dividió conceptualmente en tres zonas a lo largo: un armario, un vestíbulo y un tercer bloque que reune el resto de las áreas: baños, habitaciones, cocina, vestíbulo y escalera. El pasillo conecta las dos fachadas, ofreciendo vistas desde la puerta de entrada al jardín.
En el interior, se dejó expuesta la estructura monolítica del techo, en contraste con el suelo de roble en forma de parqué. A lo largo de una pared lateral, se instaló un armario empotrado que recorre todo el departamento y se adapta funcionalmente a cada espacio: oculta la pared del televisor en el salón, amplía la zona de la cocina en el comedor y ofrece espacio de almacenamiento adicional en el pasillo frente al baño.