En 2016, el Municipio de Vorst le encomendó a la oficina belga B-architecten el desarrollo de un proyecto que reactivara el movimiento del barrio. Cuatro años después, se inauguró Centr’Al, el nuevo complejo público de 1.800 m², situado sobre dos esquinas y concebido como la nueva “puerta de acceso” a la zona.
El programa se distribuye en dos edificios enfrentados que operan de manera complementaria. Ambos volúmenes se integran al tejido existente, compuesto por edificios bajos de cuatro pisos, al hacer coincidir las alturas.
El edificio de mayores dimensiones cuenta con un acceso semicubierto, compuesto por grandes paños vidriados. El de menores dimensiones posee rejas perimetrales que albergan un espacio destinado al estacionamiento de bicicletas. Desde allí se accede a un vestíbulo con una escalera que conduce hacia el siguiente nivel.
Los programas se apilan en altura de manera compacta. El primer piso de ambos edificios cuenta con una serie de tabiques que subdividen internamente la planta y albergan oficinas y salas más pequeñas.
Los espacios más grandes, como el auditorio y los salones deportivos, están situados hacia las esquinas y cuentan con cerramientos traslúcidos que permiten ver las actividades que se llevan a cabo en el interior desde la calle. Al mismo tiempo, una serie de ventanas dispuestas sobre las fachadas brindan vistas en altura hacia el vecindario.
Los usuarios utilizan los vestíbulos como puntos de encuentro en cada nivel.
El espacio polideportivo del edificio más grande está ubicado en el cuarto piso y es de doble altura. En quinto nivel consta de una terraza abierta y pública dispuesta entre un muro y la medianera del volumen vecino.
En la terraza se llevan a cabo diferentes actividades deportivas al aire libre y pequeños eventos. Desde allí se aprecian los tejados de los edificios vecinos y el cielo, que en días soleados ofrece un contrapunto con los materiales neutros del proyecto y, en los días nublados, se integra a la paleta de colores de este.