
Ubicada en Skagen, el punto más septentrional de Dinamarca, esta casa de verano rinde homenaje a la arquitectura local y a la historia de la ciudad. Su diseño toma inspiración de las casas construidas durante el llamado Período Negro de Skagen, cuando la madera carbonizada de naufragios se reutilizaba en las construcciones y los techos se cubrían de paja. Así, la casa adopta una estética tradicional con un tejado de paja y una fachada de madera pintada en negro, reinterpretando la identidad arquitectónica del lugar.

El diseño interior se concibió bajo la premisa de crear espacios donde la sensación de unión prevalezca, incluso cuando alguien busca momentos de aislamiento. La casa debía albergar a tres generaciones, por lo que se generaron zonas abiertas ideales para la convivencia, como la cocina central, y áreas más privadas para el descanso. Todas estas secciones están unificadas bajo un mismo techo a dos aguas, evocando la idea de estar bajo un mismo techo, sin importar en qué lugar de la casa se esté. Para reforzar la sensación de inclusión, se prestó especial atención a la acústica, incorporando un techo fonoabsorbente que suaviza los sonidos y genera una atmósfera serena.


El plano de la casa se define por una serie de zonas fluidas que permiten disfrutar tanto de la tranquilidad como de la vida familiar, manteniendo conexiones visuales entre los diferentes espacios. Elementos independientes, como la chimenea, dividen las áreas sin interrumpir la continuidad visual a lo largo de las fachadas, logrando integrar el interior con el entorno natural.

La cocina se concibe como el corazón de la casa, ubicada en el centro y conectada a la escalera que une ambas plantas. Desde allí, se disfruta de vistas hacia el comedor, mientras los amplios ventanales en ambos lados facilitan una transición fluida entre el interior y el exterior. Los gruesos marcos de roble refuerzan esta relación, diluyendo los límites entre la casa y el paisaje.

Como casa de verano, este es un refugio tanto para compartir en familia como para el disfrute personal. Para conferir identidad a los espacios más íntimos y diferenciarlos de las áreas sociales, la altura del techo se reduce en ciertas habitaciones, como la sala multiusos detrás de la cocina. Esta transición de espacios altos y abiertos a zonas más bajas e íntimas genera una atmósfera envolvente y acogedora.


Los tonos suaves del interior resaltan la belleza del paisaje circundante, fusionando la madera con la naturaleza. La textura, aroma y sonido de la madera crean un ambiente cálido y natural para la familia, alineándose con la visión de integrar la casa con su entorno. Las amplias superficies de madera visible están elaboradas con abeto Douglas, suministrado por la empresa danesa Dinesen, que obtiene madera de manera sostenible en bosques de Francia y Alemania. Los arquitectos colaboraron estrechamente con Dinesen para garantizar la máxima calidad y precisión en cada detalle del proyecto.

