El almacén de café “Santos”, ubicado en Rijnhaven, Róterdam, se erige como un emblemático ejemplo de la arquitectura industrial del siglo XX, construido en plena expansión del puerto de la ciudad. Sus fachadas detalladas, combinadas con una estructura de soporte tecnológicamente avanzada para su época y un uso honesto de materiales, se han conservado en el edificio original a pesar del paso del tiempo. Este espacio ha cobrado nueva vida gracias a la transformación llevada a cabo por los arquitectos RENNER HAINKE WIRTH ZIRN y WDJARCHITECTEN, quienes revitalizaron la estructura tras años de abandono.
Originalmente concebido como una sucursal de la tienda de diseño alemana “Stilwerk”, el almacén fue adquirido en 2023 por el Nederlands Fotomuseum, con el respaldo de la Fundación Droom en Daad, cumpliendo el anhelo del museo de contar con un espacio propio en el puerto de Róterdam. Actualmente está en curso la construcción de un depósito para las colecciones, espacios de exhibición y otras características que enriquecerán la experiencia del museo, con la inauguración prevista para finales de 2025.
El almacén “Santos” se ubica en Katendrecht, un área que desempeñó un papel clave en el desarrollo del puerto. Diseñado en 1901 por los arquitectos J.P. Stok y J.J. Kanters, el edificio presenta una rica arquitectura de fachada y un diseño funcional que fue preservado. Durante la intervención, se optó por distinguir claramente entre la estructura histórica y las nuevas extensiones, preservando al máximo el tejido arquitectónico original.
La remodelación del almacén incluye un nuevo atrio central que inunda de luz natural el interior, conectando todos los niveles y mejorando la experiencia de los visitantes. Las nuevas escaleras y caminos verticales han transformado los espacios oscuros en un gran ambiente acogedor, mientras que se han mantenido elementos históricos, como las escaleras originales y los muros de “Hennebique” (sistema de construcción de hormigón armado desarrollado a finales del siglo XIX por el ingeniero francés François Hennebique), recordando su uso anterior.
La nueva adición del edificio, una gran escultura metálica en el techo, parece flotar sobre la estructura histórica, creando un contraste entre lo antiguo y lo nuevo. Además, la fachada del nuevo volumen está diseñada con una piel de aluminio semitransparente, que integra las instalaciones técnicas de manera estética. Este enfoque no solo resalta el carácter industrial del edificio, sino que también promueve la sostenibilidad al mantener la mayoría del tejido histórico y contribuir a la eficiencia energética del proyecto.