El nuevo Campus Urbano de la Universidad Bocconi está situado en un terreno próximo al centro de Milán, y adyacente a la universidad. Uno de los lados del conjunto se abre hacia una calle que se conecta con una serie de parques, delimitados por caminos curvos y abiertos tanto a la población universitaria como a visitantes externos.
El proyecto articula una serie de pabellones que reúnen programas diversos: el centro de enseñanza y administración, compuesto por una serie de celdas interconectadas; el sector de los dormitorios; y una serie de espacios dedicados al ocio.
Los jardines que rodean los edificios están atravesados por circulaciones onduladas, con pérgolas que ofrecen sectores semicubiertos, protegidos del sol y la lluvia, donde se reúnen alumnos y profesores.
Cada pabellón fue diseñado con una forma curva particular. Por su parte, los volúmenes que integran el edificio de enseñanza y administración se tocan ligeramente entre sí, lo que facilita la circulación fluida de estudiantes y profesores de un espacio a otro.
Las fachadas, revestidas completamente en vidrio, se comprimen y se expanden en puntos específicos, lo que determina la forma de los patios interiores y la proporción de los programas y circulaciones interiores.
Al mismo tiempo, cada planta posee balcones dispuestos a lo largo de todo el perímetro, protegidos por una malla metálica ondulada que establece una relación porosa con el entorno.
Los interiores están determinados por una secuencia de columnas cilíndricas, al igual que las pérgolas exteriores. Se trata de espacios amplios, con cerramientos vidriados, que permiten vistas largas desde los distintos puntos de cada edificio.