La casa BöH responde a las normativas y usos del barrio cerrado desde otra perspectiva: habitar el sitio que ocupa, y desde allí mirar alrededor y brindar continuidad, integrando a la propiedad otros terrenos vecinos y espacios comunes.
En este caso, el jardín y los árboles disipan los límites en lugar de hacerlos evidentes. Además, la memoria de los desbordes ocurridos en el año 2012 en el Río Luján, muy cercano a la casa, impusieron la necesidad de reflexionar sobre la forma de articular espacios exteriores e interiores.
De modo que, para experimentar la sensación de atravesar la casa, el patio, las galerías y seguir de largo en el jardín, era necesario rellenar el terreno.
Además, se delimitó el paisaje con dinteles, antepechos y paredes, recortando las visuales más próximas y exponiendo las más lejanas.–