Situada en las sierras chicas de Mendiolaza, Córdoba, la implantación de la vivienda se da en un terreno con pendiente. El estudio resuelve este desafío con una planta baja libre que permite una integración armoniosa con el entorno natural y aprovecha las orientaciones para maximizar la eficiencia energética y las visuales.
El diseño de la casa se centra alrededor de un claustro, que actúa como el núcleo funcional del hogar. Este espacio central fomenta la conexión entre los distintos ambientes de la casa, a la vez que busca ser un espacio donde sus habitantes encuentren paz y tranquilidad.
La construcción modular permitió un proceso de producción sistematizada en fábrica y un montaje preciso en el sitio, logrando altos estándares de calidad, reduciendo el tiempo de construcción y optimizando los costos. El elemento estructural más destacado es su voladizo de 4 metros, un logro ingenieril que requirió una planificación estructural meticulosa para garantizar su estabilidad y seguridad.
Las envolventes se realizan con paneles conformados, proporcionando rapidez en la ejecución del proyecto.
De esta manera, Villa 471 se convierte en una obra que encapsula la visión de un estilo de vida contemporáneo y sofisticado, en un entorno que celebra la naturaleza y la innovación arquitectónica mientras busca redefinir el concepto de vivienda modular mediante el uso de perfilería pesada y hormigón, fusionando robustez con elegancia.
