El proyecto se ubica en Emmenhof, Derendingen, Suiza. Su concepto y nombre se inspiran en la turbina, una máquina que gira en torno a un eje central, representando movimiento y totalidad.

Como resultado de esta inspiración, el edificio cuenta con una fachada de aluminio que evoca la superficie metálica y pulida de la turbina. Esta fachada también actúa como un espejo, capturando y reflejando los distintos elementos del entorno, desde antiguas estructuras industriales hasta el paisaje natural. La cualidad reflectante del aluminio genera un juego dinámico de luces y sombras, permitiendo que el edificio se integre visualmente con su entorno, al mismo tiempo que destaca discretamente su forma y función.

Los espacios del edificio se organizan en torno a un núcleo central que se extiende hacia el exterior, con la escalera simbolizando el eje de la turbina. Los departamentos, orientados en al menos tres direcciones, se conectan con el entorno de manera fluida, como si fueran las aspas de la turbina. La planta baja, de carácter público, dinamiza la zona con un restaurante y locales comerciales diseñados con una disposición flexible. Encima, venticuatro unidades distribuidas en seis plantas, con ocho tipologías diferentes, se abren hacia la naturaleza y el canal, destacando los dúplex del lado oeste que maximizan la relación con el entorno.

En la parte superior del edificio se encuentra un ático comunitario, diseñado como un jardín multifuncional. La abundante vegetación arbórea proporciona sombra y ayuda a la refrigeración natural, mientras que las terrazas comunes ofrecen un espacio ideal para la convivencia y las interacciones sociales.

De este modo, la Turbinenhaus se transforma en un espacio socialmente activo, logrando una armoniosa integración entre el legado industrial, la vida contemporánea y su entorno natural.