La Smart Factory húngara de Trumpf, empresa alemana de fabricación de maquinaria, fue diseñada específicamente para su emplazamiento en Gödöllő, un parque industrial en las afueras de Budapest. El edificio presenta una “fábrica/sala de exposiciones” para mostrar a los clientes la cadena de producción completa. El proyecto sigue su propia lógica en términos de construcción y resolución tectónica, en relación al sitio y lugar, de una manera refinada y única.
El programa se organiza en una planta trapezoidal, determinada por el terreno, y consiste en una sala de exposición de doble altura situada en la cara más corta y orientada hacia el sur, dos niveles de oficinas, salas para seminarios, aulas y almacenes, y un patio central superior que se desprende del volumen total y permite la entrada de luz natural a oficinas y espacios de reunión.
Los clientes pueden desplazarse por una pasarela situada en la planta superior para ver y comprender las técnicas y métodos de producción que se aplican en las máquinas de abajo. Este mirador está situado bajo las vigas de madera de vente metros de luz que rodean la sala de exposición de la fábrica.
La cubierta de madera se inclina hacia el patio. Las vigas del tejado se organizan en tres bandas de estructura de sur a norte, definidas por el módulo de exposición, el patio y la franja norte del programa. Las ventanas también son de madera, se fabricaron localmente y son de gran tamaño para adaptarse a la escala industrial del edificio.
El tejado se extiende por las cuatro fachadas para dar sombra a las mismas. Como oda a la industria, el edificio está revestido de chapa ondulada, que actúa como envoltorio brillante de la caja y revela la lógica subyacente del diseño. Los dos tamaños del corrugado (más pequeño en la parte norte del edificio, que alberga oficinas y programas de apoyo, y más grande en la parte sur, que es la sala de exposiciones) reflejan sutilmente las muy diferentes cualidades espaciales y programáticas del interior, como si se cosieran dos edificios separados.