En el centro de cada casa de madera antigua del norte de Europa encontramos el hogar a leña (härd). A lo largo de los siglos, el hogar fue el punto central alrededor del cual se desarrolló la arquitectura, ya que el calor y la luz del fuego abierto se extendían por el espacio, llenándolo de humo que ascendía en espiral hacia una chimenea en el techo.
La transformación gradual del hogar a leña a lo largo del tiempo derivó finalmente en la introducción de chimeneas de mampostería (murstockar) que implicaban realizar una perforación a través de cada habitación del edificio, desde los cimientos hasta el techo.
De las estufas profusamente decoradas del siglo XVIII a las coloridas estufas de azulejos del siglo XIX, los hogares a leña han constituido el centro de la arquitectura en términos prácticos y simbólicos.
Con la llegada de la plomería moderna, la calefacción central, la refrigeración y la electricidad en el siglo XX, el hogar pasó a estar dividido en tuberías, conductos y cables que corren por dentro de las paredes, que antes eran sólidas y ahora son huecas y de madera; lo que se tradujo en una mayor comodidad y eficiencia, pero despojó al hogar de su centralidad como único elemento de infraestructura y, con ello, la flexibilidad para modificar divisiones internas sin necesidad de mano de obra especializada o maquinaria.
“The Timber Hearth” [Chimenea de madera] propone reintroducir el hogar nórdico en la revolución maderera del siglo XXI, y reunir las fuentes separadas de calefacción, ventilación, agua, electricidad y estructura, en un núcleo suficientemente fuerte para soportar toda la carga de los suelos, las paredes y techos, a la vez que concentran todos los servicios. El núcleo se construiría fuera del emplazamiento, aprovechando la comodidad y la precisión que brinda la elaboración en fábrica, para ser luego instalado en el sitio y conectado a la red.
El núcleo tiene un tamaño apropiado para caber en un remolque y ser transportado al lugar en una sola pieza. Una vez instalado, no se necesita mano de obra especializada para completar el resto de la obra, que estará sustentada estructural e infraestructuralmente por el núcleo. Los muros divisorios, los pisos y la fachada pueden completarse y modificarse en etapas, lo que permite que el propietario planifique de acuerdo a sus medios y necesidades. A medida que las familias crecen, es posible extender el techo o añadir plataformas; la construcción puede realizarse junto con amigos y familiares a lo largo de varias temporadas de verano; o bien una estructura más grande puede reemplazar la existente cuando se tienen los medios para hacerlo.
La madera puede albergar tanto construcciones complejas y sofisticadas, como simples y fáciles, construidas con herramientas y habilidades básicas, y se puede trabajar utilizando métodos avanzados y tradicionales. El núcleo de madera establece un vínculo entre la industria en permanente evolución de la madera y la cultura del DIY (hágalo usted mismo), entre la tecnología y la artesanía, ampliando las posibilidades y opciones para construir un hogar para vivir.
Al repensar no solo los materiales con los que construimos, sino también los procesos y etapas de la construcción, podemos crear soluciones significativas y posibilidades para el futuro.