

“Los años” (2021) es una obra dirigida por Mariano Pensotti que propone sumergirse simultáneamente en dos momentos de la vida de Manuel: cuando tiene 30 años y cuando tiene 60.
“Una de las particularidades de la obra es que ambos tiempos se ven en simultáneo. La juventud de Manuel y su madurez se representan en paralelo, una junto a la otra. El set duplica los espacios dando la posibilidad de contrastar el presente con el futuro permanentemente”, afirma Pensotti.
De esta forma, “Los años” aborda diferentes líneas temporales en una misma puesta en escena: “El presente y el futuro se entremezclan creando particulares combinaciones y modificaciones.”

Mariana Tirantte, quien trabaja junto con Mariano Pensotti hace varios años, explica la forma mediante la cual los dos enfrentan una obra teatral en primera instancia, cuando la hoja aún está en blanco: “Con Mariano tenemos un disparador que por lo general es una temática muy amplia, tal vez después él la afina más y ahí nos preguntamos: ¿qué genera esa temática?, ¿qué sería en lo concreto?, etc. Tiene que ver con partir desde el germen de la historia que podría ser simplemente un tema y que luego es una conjunción para el dispositivo escénico. Luego, por lo general, Mariano escribe la obra alrededor de eso. Es decir, esa dramaturgia está escrita específicamente para ese espacio.”
Mariana deja en claro que los dispositivos escénicos y la obra, lejos de ser instancias de proyecto separadas e independientes al trabajar con Pensotti, se retroalimentan desde el momento uno, se condicionan la una a la otra a medida que el proyecto se desarrolla: “Estos dispositivos escénicos no sólo son decorados, sino que son espacios que condicionan las acciones. En el trabajo de “Los años”, con Mariano Pensotti durante todo el proceso pensamos juntos una forma de contar, y él escribe el texto en función de este dispositivo. (…) Este último es un condicionante más en la dramaturgia del texto, en la dramaturgia del espacio. No son escenografías meramente decorativas: arman la espacialidad, arman la escena.”

En la conversación con la escenógrafa, nos comentó qué condicionantes se presentan a la hora de avanzar con el montaje concreto de los dispositivos escénicos: “(…) depende del proyecto, de cuantas veces se presenta la obra. Obras como “Los años” o “La obra” están concebidas para girar en sí mismas, y también para ser presentadas en distintos teatros. Ahí debo pensar en varias cosas: cómo modular ese dispositivo, en que tiene que tener armado rápido o hasta en que tiene que venir en camión, mismo en las condiciones o normas que cada proyecto me exige. También tener en cuenta si están concebidas para convivir: escenarios que hay que desarmar porque habrá otra cosa entre función y función. Todo eso comienza a condicionar el diseño lógicamente.”
Ahora sí, refiriéndose precisamente al montaje de la obra “Los años”, expresa que se trató de dos “casitas” iguales: se representa el mismo espacio dos veces, una en el presente y la otra en el futuro.

La escenografía de “Los años”, al estar sobre ruedas y ser giratoria, permite la posibilidad de armar parcialmente otras escenas, que podrían pensarse como la tercera línea temporal o como una pausa en el tiempo. Mariana lo llama “un juego de diferencias”: un juego que deja al descubierto las diferencias mediante el recurso de la repetición, es la misma casa con diferentes detalles que dan cuenta de ese paso del tiempo.

“El dispositivo escénico consiste en dos estructuras pivotantes (“casitas”) de 4,50 metros de ancho x 5,00 metros de profundidad y 5,50 metros de altura. Cada estructura es un vagón sobre ruedas que gira a 45 grados (desde el centro hacia la izquierda y desde el centro hacia la derecha) en varios momentos de la obra. Mientras las dos estructuras están abiertas, revelan un espacio escénico vacío: allí habrá elementos adicionales que compondrán las escenas que no ocurren dentro de las estructuras (“casitas”)”, comenta.

“Además, la cortina a rayas en la parte superior derecha también funciona como una pantalla donde se proyecta una película en varios momentos de la obra”, agrega luego.


Las palabras de Mariana Tirantte nos invitan a reflexionar sobre el desafío que implica proyectar y materializar una puesta en escena: en los factores que la condicionan y en el modo en que múltiples disciplinas —como lo son el texto de la obra, la iluminación, entre otras— actúan en simultáneo. “Los años” despliega una concepción íntegra e interdisciplinaria de la escenografía, desbordando los límites del tiempo y del espacio.