En el año 2007, la corporación de las artes de Panguipulli, una localidad pequeña ubicada en el sur de Chile, inicia una labor formativa apoyando a niños y escuelas rurales. Una bella casona los albergó durante años, pero este espacio donde se fundó el proyecto cultural, colmó su capacidad y surgió la necesidad de crear un nuevo lugar.
El nuevo proyecto se emplaza en un borde de lago, en un paisaje de un valor especial en la región y se posiciona como un cuerpo compacto, para tocar el suelo lo menos posible y así posicionarse estratégicamente entre los árboles. El volumen se emplaza definiendo una plaza arbolada hacia la ciudad, creando un nuevo paseo en la costanera. Hacia el lago, se propone una segunda plaza de suelos, rocas y agua, que recibe la apertura del escenario en el verano, vinculando el teatro con el exterior.
El diseño consiste en una caja dentro de otra. En términos arquitectónicos, el perímetro acoge los espacios públicos e indefinidos como el foyer, la cafetería y la sala de exposiciones. Una caja elaborada como un tejido de madera translúcido y abierto al paisaje, un espacio sin divisiones que asume la altura total del volumen, asumiendo con ello una escala propia del sitio y el lago.
En el interior, una caja ciega alberga una sala para doscientas cincuenta personas pensada como un espacio flexible para enseñar y presentar. En volumen opaco, aislado acústica y térmicamente, fue concebido como un espacio integrado que elimina la boca escénica creando un interior continuo que se abre al lago por una única ventana en todo su ancho.
En el suelo, un zócalo de hormigón define la negociación con la topografía. La pieza alberga camarines y servicios, absorbiendo el desnivel del sitio, articulando un borde hacia el humedal presente, y actuando como solución frente a la lluvia y la relación con el nivel de agua del lago.
El edificio se plantea en base a madera mecanizada, material de la zona, y el diseño completo es modulado para facilitar los detalles, la construcción y los procesos de montaje. Del mismo modo, la estrategia de una caja dentro de otra, permite controlar los aspectos sostenibles de una zona fría en el sur de Chile.
Actualmente Teatro Educativo de las Artes de Panguipulli, propone una forma de acercar la cultura en un territorio extenso y disperso como Chile, incorporando a la comunidad, a los niños, a los jóvenes de zonas rurales y remotas, donde la cultura y el arte son materias ausentes en la formación de la población. Hoy, en un número que crece día a día, el proyecto enseña a más de dos mil quinientos niños de veinticinco escuelas: ocho urbanas y veinticinco rurales.
