“Stewart” rinde homenaje a la casa Brunswick de ladrillo visto de la década de 1970 en Melbourne, la cual define un periodo relevante de la historia reciente de Australia, y cuyo valor patrimonial aún no ha sido plenamente reconocido.
La estrategia adoptada se basa en la combinación de elementos innovadores y sutiles intervenciones de diseño, logrando así un impacto significativo. En el interior, lo nuevo y lo existente se fusionan cuidadosamente e invitan al espectador a sumergirse en un juego visual, donde resulta difícil discernir el inicio y el final de las intervenciones, creando así una experiencia única e intrigante.
Este enfoque no solo conserva la importancia y el carácter arquitectónicos, sino que también considera el impacto económico y medioambiental, mostrando que la intervención mínima es una respuesta válida en la actualidad.
El éxito del proyecto no solo abre puertas a otros al demostrar la accesibilidad de una arquitectura reflexiva, sino que también tiene un impacto más amplio: comienza a dar forma al futuro potencial de los suburbios circundantes a medida que evolucionan, reconociendo que vale la pena proteger su valor inherente y su continua contribución a la ciudad y su comunidad.