El entorno del nuevo centro de servicios de la Sparkasse Markgräflerland se caracteriza por un conflicto urbano de intereses: una hilera de casas en ruinas al oeste impide que un pequeño parque dispuesto hacia el este de los edificios de viviendas vecinos se amplíe para ocupar toda la manzana.
Si bien el nuevo edificio no puede resolver este dilema, puede mantener la situación abierta a una solución futura.
La planta baja está alineada con los edificios de viviendas y no ocupa toda la superficie edificable para mantener el objetivo de desarrollo urbano a largo plazo como opción viable.
Las tres plantas superiores, por su lado, aprovechan al máximo el volumen edificable permitido y sobresalen sobre una plaza frontal, proponiendo así una amplia explanada abierta al público.
El vestíbulo y los espacios semipúblicos están orientados hacia esta plaza, desde la que se entra al edificio, por el centro, dando acceso directo a la sala de actos y a la cafetería del personal.
La forma curva de la escalera principal elíptica es el único contraste con la geometría ortogonal del edificio.
La retícula de ventanas rectangulares de la fachada resuena con la escala y el ritmo de los edificios residenciales circundantes, permitiendo que el conjunto se integre en su entorno.