El antiguo Mercado Municipal de Famalicão, inaugurado en 1952 en Vila Nova de Famalicão, Portugal, cumplía dos funciones: por un lado, descongestionar el antiguo predio ferial, situado en la actual plaza Dona Maria II, y por el otro, generar un ambiente con mejores condiciones higiénicas. Con el paso del tiempo, el mercado pasó a ser un espacio en desuso por su falta de dinamismo para atraer a nuevos y más diversificados consumidores.
En ese sentido, el Municipio de Vila Nova de Famalicão decidió llevar a cabo una renovación que conservara la esencia del proyecto original con la premisa de realzar su carácter arquitectónico, mejorar las condiciones existentes y brindar espacios más flexibles interiores y exteriores.
El edificio principal está formado por tres cuerpos rectangulares contiguos, con una torreta que marca la transición entre la plaza Dona Maria II y la calle Capitão Manuel Carvalho. Se accede al patio a través de dos entradas: una ubicada hacia el norte, en la calle del capitán Manuel Carvalho; y otra hacia el oeste, por la plaza Dona Maria II.
En una primera instancia, se decidió conservar la estructura original y se restauraron la fachada y los interiores del volumen principal, que contiene la antigua torreta. Su forma quebrada sigue la forma del lote y articula en su interior locales comerciales, oficinas, zonas de servicio y de almacenamiento.
Además, se construyó una nueva estructura metálica que complementa el edificio original y establece un nuevo frente urbano sobre la Avenida Marechal Humberto Delgado y la Plaza Mouzinho de Albuquerque.
La estructura consta de pilares en forma de V que sostienen cerchas metálicas que se cruzan en ambos sentidos y generan una cuadrícula. Este esquema permite abarcar grandes luces y genera espacios flexibles que adoptan diversas configuraciones.
Entre el mercado antiguo y el nuevo edificio hay un patio que alterna solados de madera, piedra y canteros con vegetación. Asimismo, cuenta con mesas y sillas para que los clientes puedan sentarse a disfrutar de ese espacio.
El interior cuenta con un área con mesas y sillas donde los clientes pueden sentarse a consumir los productos adquiridos, y un sector que alterna pasillos y locales, dispuestos entre los pilares en forma de V.
Los locales son estructuras independientes con techo a dos aguas y un sistema de persianas que permite cerrar los espacios por la noche y mantener la mercadería segura sin necesidad de trasladarla.
La fachada cuenta además con un cerramiento de módulo triangular, inspirado en la torreta y dispuesto sobre la estructura metálica, que filtra la luz solar y genera un juego de luces en los distintos espacios del mercado.