Ubicado en San Isidro, en una zona de baja densidad caracterizada por la longeva edad de sus construcciones, Ph Alsina forma parte de un conjunto de ocho viviendas que atraviesa la manzana, consolidando un pasaje que conecta las calles Alsina y Laprida.
El encargo, realizado por una pareja de profesionales, propone incorporar la modalidad home office a los usos de la vivienda al mismo tiempo que convive con los usos típicos y la crianza de sus hijos.
La casa contaba con una sucesión de espacios estancos que carecían de iluminación natural, la estructura se encontraba deteriorada y las terminaciones materiales estaban gastadas. El mayor desafío consistió en otorgarle luz natural y amplitud a los espacios de la vivienda, además de poner en valor todo aquello que constituye la identidad de la construcción.
A partir de un estudio estructural se despojó el espacio de elementos que no eran indispensables y se reflexionó sobre los elementos que cumplían un rol identitario para poder restaurarlos. También se decidió incorporar nuevos materiales que coexisten con los anteriores generando una relación entre lo existente y nueva propuesta de renovación.
El ph cuenta con una planta baja social donde funciona el estar, el comedor y la cocina junto a un patio descubierto, un primer piso en el que podemos encontrar los dormitorios junto a un baño compartido y un segundo piso que alberga una habitación/estudio con baño privado y lavadero vinculados a la terraza. El esquema de organización sectorizado por plantas permitió lograr la independencia de actividades que requería el proyecto.
Ph Alsina reflexiona acerca de la relación que hay entre la arquitectura existente y su huella histórica y el mundo de lo contemporáneo, con sus nuevas formas de convivencia.