El proyecto está situado en el corazón de una manzana y rodeado por un complejo de departamentos construido en los años 70 en el Distrito 12 de París. Durante el proceso de construcción era imperativo que los residentes pudieran seguir utilizando el vestíbulo del edificio existente. Ello obligó a realizar la obra atravesando el estacionamiento que conecta la calle con el corazón de la manzana a través de un sótano de dimensiones extremadamente reducidas (3,5 m de ancho x 2,3 m de altura libre).
Además de las limitaciones de acceso, existían limitaciones de peso, ya que la nueva construcción debía conservar el estacionamiento existente sin impedir que los residentes lo utilizaran. Estas restricciones condujeron a la decisión de proyectar un edificio construido completamente en madera.
La innovación técnica no consistió solo en la elección del material, sino también en cómo articular su propia logística. Si bien es esencial trabajar sobre materiales de base biológica, es asimismo fundamental atender a los detalles constructivos: ensamblajes, ritmos, proporciones y tipos de madera que permitan ofrecer un modo constructivo encarnado en una estética.
El edificio es el resultado de la repetición de las decisiones tomadas a escala de la ventana, decisiones motivadas por las limitaciones estructurales y por la búsqueda de la durabilidad y la protección de la madera contra las inclemencias del tiempo, gracias a los balcones salientes y a la pintura protectora blanca que protege los extremos de las vigas de madera y que crea un ritmo en la fachada, y le otorga su propia identidad.
El acceso, uno de los mayores desafíos del proyecto, crea una transición suave entre el universo urbano de la ciudad y el universo íntimo de la vivienda. El paisaje juega aquí un papel primordial en el desplazamiento de las sensaciones. Para lograr este objetivo, se diseñó una masa vegetal que parece un sotobosque.
Por otra parte, el proyecto busca ser un ejemplo en términos de las preocupaciones actuales: viviendas de calidad espacial, responsabilidad constructiva y consumo energético regulado.
La estrategia de la galería abierta permitió diseñar sistemáticamente la configuración de la planta corrida para todos los pisos, una cualidad intrínseca que permite ampliar el espacio, despejar los pasillos y lograr una ventilación natural sencilla y eficaz.
En conclusión, en lo particular, el proyecto permite renovar por completo el emplazamiento y, en lo general, proponener un nuevo modelo urbano sostenible capaz de hacer crecer cualitativamente la ciudad sobre sí misma y así repensar la vivienda colectiva desde un enfoque ambiental.—