La nueva sede de la Escuela Verde está situada frente a un canal, a cincuenta metros del paseo marítimo de Santos. Además de su proximidad a la costa, su posición en la manzana también fue relevante para el diseño: está dispuesta entre los edificios altos que dan al mar y una hilera de casas que dan a tierra firme. Es por ello que el proyecto actúa como enlace entre las construcciones vecinas y busca formas de relacionarse con la calle, el canal y el mar.
El edificio se divide en cuatro plantas. La planta baja, elevada 1,20 metros para proteger la estructura de las variaciones del nivel del agua y maximizar la vista del canal, está organizada por un patio cubierto de doble altura, que atraviesa el edificio longitudinalmente y alberga los programas colectivos.
En el primer piso se encuentran los espacios administrativos. Las dos plantas superiores Articulan las aulas, los laboratorios y las salas de arte, a las que se accede por un gran espacio abierto.
La cubierta, completamente libre, opera como una gran plaza abierta que permite múltiples usos y se relaciona de forma directa con el paisaje circundante.
Para agilizar la construcción, el método constructivo adoptado fue el hormigón prefabricado con ladrillos ecológicos y marcos de aluminio. Estos materiales se dejaron a la vista y, al igual que las instalaciones, confieren un carácter didáctico a su construcción y facilitan su mantenimiento.
Para la protección solar, se instalaron dos tipos de brise: en la planta baja, una chapa perforada que delimita los espacios más colectivos; y en las plantas superiores se diseñaron brises horizontales con estructura metálica y jardineras.
