Este proyecto, situado en Esmoriz, Portugal, es una reinterpretación contemporánea de la casa de pescadores llamada “Palheiro”, que surgió a principios del siglo XIX como respuesta a la necesidad de habitar la playa. Este tipo de arquitectura vernácula ha marcado el paisaje del litoral portugués a lo largo de los años.
La vivienda pretende conservar este patrimonio regional, así como recuperar la memoria colectiva de la comunidad, estableciendo un diálogo directo entre el pasado, el presente y el futuro.
El proyecto se realizó enteramente en hormigón encofrado con madera, para marcar la estereotomía en las fachadas. Este último material también aparece en los interiores.
El acceso al nivel de entrada se realiza a través de una rampa, elevada del suelo, construida sobre pilotes similares a los de las pasarelas costeras.
De esta misma estructura surgen una serie de terrazas exteriores, que parecen una prolongación del espacio interior.
Esta es una de las particularidades de la obra, garantizada por el uso de grandes ventanas corredizas asociadas a las celosías exteriores, que se proyectan sobre las terrazas y, en consecuencia, las protegen.
En el interior, la escalera aparece como elemento central que ayuda a definir y organizar los espacios, dándoles amplitud.
A nivel programático, la casa se organiza en dos plantas. En la planta se encuentran los espacios diurnos, el dormitorio principal y un baño. En la planta alta hay una amplia zona de descanso, un segundo dormitorio, otro baño y un trastero.