El proyecto fue diseñado como un pabellón sobre agua, razón por la cual su estructura de cimentación posee un voladizo en todos sus lados con la intención de invocar la idea de un plato asomando sobre la laguna. Con una espalda de vegetación autóctona, la plataforma está situada en el espacio entre la laguna y un bosque nativo.
El acceso, a través del bosque, se dibuja sobre un camino de piedras que finaliza en un semicubierto donde los visitantes pueden quitarse los zapatos mientras toman asiento en el gran banco lineal.
La estructura del techo, de cerchas multilaminadas, descansa sobre columnas dobles que abrazan las vigas. Toda la construcción, a excepción de la platea de hormigón, fue realizada en madera con algunos refuerzos metálicos.
Por su parte, el revestimiento exterior remite a las cajas chinas a partir del uso de palos verticales, que se repite en el resto de las edificaciones del conjunto Las Musas: la Vila 1 y el Pabellón de Huéspedes. El concepto de la trama uniforme se conecta con el proyecto de un emprendimiento futuro de doce casas independientes, donde el elemento cambia según la necesidad, funcionando como una pared o un postigo que filtra la intimidad de cada vivienda.
El frente del pabellón sobre el lago consta de un gran paño vidriado con una trama regular de ventanas de madera pivotantes, que permiten abrir la totalidad del borde que mira al agua.
El hall de acceso, posterior al semicubierto, cuenta con una gran lucerna en el techo, que ilumina el sector y favorece la entrada de luz cálida sobre las paredes de madera y las puertas revestidas en rafia natural. Todas las puertas del pabellón corren sobre las paredes interiores, al igual que la de acceso, que corre sobre la fachada. La cubierta del techo exterior a cuatro aguas es de chapa de acero corten, clavada a la manera de grandes tejas.—