La cocina transespecies

Un centro de enseñanza, investigación e innovación en tecnologías textiles, diseñado por allmannwappner, en Reutlingen, Alemania.

Fotografía José Hevia

Cocinar es una operación menos física que ecológica y política. Cocinar es el reino de la vida en comunidad. Es la evidencia de que es imposible llevar una vida individual. Como tal, la última forma de cocinar es la enzimología (o la fermentación basada en bacterias y hongos). La cocina transespecies implica una salida de la digestión, una infraestructura en la que la política de creación de vida se ve intervenida por la cocina post-carbono.

Fotografía José Hevia
Fotografía José Hevia

La cocina se materializa con piezas de mármol que fueron desechadas por la industria de extracción de piedra. Solo el 30% de las piedras que se extraen en las canteras se usan para comercializar, mientras que el resto se convierte en desperdicio. La cocina transespecies desafía a la industria productora de desechos al reutilizar y agregar un nuevo valor material a lo que antes se creía desperdicio. El único material que se utilizó para formar la cocina fueron las piedras, las cuales apenas se modificaron. Una estrategia arquitectónica basada en la utilización de una materia prima más pura, que invita a los cuerpos, comunidades y territorios a alejarse de la industrialización y la producción de residuos. 

Fotografía José Hevia
Fotografía José Hevia

Esta cocina post-carbono funciona como un intestino colectivo que revela que el metabolismo no es un proceso independiente sino un proceso colectivo que depende de alianzas más que humanas. La cocina transespecies diluye los límites entre cocinar, comer y descomponer, que forman un continuo de progresión molecular. 

Fotografía José Hevia
Fotografía José Hevia

A partir de julio de 2024, y a lo largo de todo el verano (europeo), estará ubicada en el bosque del Museo Middelheim de Amberes. La cocina se utiliza como sitio para la Antwerphagia, esto es, el acto de comer y ser comidos por los ecosistemas de Amberes. En un momento en que la toxicidad del suelo y la crisis climática condicionan la política de Flandes, la Antwerphagia ofrece alianzas trans-específicas sustentadas en el cuidado mutuo. Los efectos de estas alianzas en los seres humanos son diversos y pueden incluir desde sensaciones placenteras como el sabor y el olor, hasta reacciones adversas como intoxicación, malestar estomacal o intolerancias. Nuestra cocina no funciona con gas ni con electricidad. La cocina transespecies es el arte de contar con energía a partir de la sociabilidad molecular.

Planta

Proyecto  Andrés Jaque / Office for Political Innovation, M-Marble Project

Equipo  Andrés Jaque, Roberto González García, José María Miñarro, José Víctor Boluda, Gema Marín, Ismael Medina, Jesús Meseguer

Colaboradores  Pieter Boons (curador), Anna Stoppa (asistente de curaduría), Eve van Goey (asistente de exposición), Christian Huyghe (coordinador de producción)

Año  2022

 

Evento  “Edible; Or, The Architecture of Metabolism”, Bienal de Arquitectura de Tallin

Curadores evento  Lydia Kallipoliti, Areti Markopoulou

Apoyo  Natalie Schrauwen (Elder-Lab: programa COME CLOSER, 2024), Museo Middelheim, DE SINGEL, Antwerp 

 

 

Fotografía  José Hevia

 

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