La naturaleza inanimada alberga grandes masas de sustancias granulares, como arena o grava, que se encuentran en constante proceso de formación a través de ciclos perpetuos de erosión y acumulación. ¿Qué pasaría si la arquitectura emulara este comportamiento y permitiera su propia y continua reconfiguración?
El ICD Aggregate Pavilion presenta los últimos resultados obtenidos tras diez años de investigación dedicada a materiales granulares diseñados especialmente para la arquitectura. El pabellón es además el primer espacio arquitectónico completamente cerrado, construido enteramente a partir de gránulos diseñados en estado de rozamiento seco estático.
El Pabellón explora el desarrollo de recintos espaciales construidos a partir de materiales granulares diseñados. Los materiales granulares son sistemas que constan de una gran cantidad de gránulos o partículas. Las partículas no están unidas entre sí, sino que interactúan a través de las fuerzas de contacto o rozamiento. En la naturaleza, podemos encontrar ejemplos de materiales granulares en la arena, la grava o la nieve. Las partículas de un material granular diseñado son fabricadas artificialmente y, en consecuencia, su diseñador puede definir su geometría y su material. El diseño de la partícula permite, además, calibrar las características de todo el material.
Los materiales granulares no ligados cuentan con una propiedad única: pueden adquirir tanto el carácter estable de un material sólido como la rápida capacidad de reconfiguración de un fluido. Si se despliegan partículas diseñadas a medida, los materiales granulares pueden formar recintos espaciales autoportantes sin dejar de ser totalmente reconfigurables y reutilizables. 70.000 partículas blancas, similares a estrellas, están hechas de plástico reciclado y se vierten mediante un sistema computarizado de gran envergadura y rápido despliegue.
El pabellón revela de qué manera los materiales granulares diseñados abren una nueva perspectiva para un paradigma de diseño de formas productivas de desestabilización y reestabilización y, por lo tanto, una arquitectura que pueda ser rápidamente desplegada y reconfigurada, así como eventualmente retirada y reutilizada.
El Pabellón utiliza dos tipos de partículas diseñadas con diferentes comportamientos: por un lado unas esferas convexas, que pueden fluir; por el otro, hexápodos y decápodos no convexos, que pueden encajarse entre sí. Las esferas convexas son “desmontables” cuando los hexápodos y decápodos no convexos permanecen como una estructura espacial autoportante. Ambos tipos pueden reutilizarse en una nueva formación, ya que las partículas no están unidas entre sí. Los hexápodos no convexos son fabricados industrialmente a medida en un proceso de moldeo por inyección utilizando plásticos reciclados. Las esferas convexas inflables son prefabricadas.
Las estructuras compuestas de materiales granulares de mayor escala necesitan construirse in situ. En este caso, el espacio de almacenamiento industrial de los materiales se convirtió en una nave de producción. Se fijó un sistema de cableado de aproximadamente 9 x 10 metros en cuatro puntos de las paredes mientras un robot accionado por cable, controlado por medio de una interfaz, depositaba los gránulos según un algoritmo que permite comprobar la precisión geométrica de la estructura. El diseño de dos bóvedas interconectadas explora el potencial de los recintos espaciales, desarrollado íntegramente por medio de un diseño de materiales granulares a escala arquitectónica.
Dimensión 105 m3 (altura: 3 m, ancho: 5 m, largo: 7 m)
Peso 2500 kg
Número de partículas 120 000 partículas no convexas (alrededor de 70 000 hexápodos y alrededor de 50 000 dekapods) y alrededor de 725 partículas convexas (esferas)