“Madera, piedra, acero galvanizado: los materiales y las tecnologías que utilizamos son sencillas, locales y agrícolas. El lujo corresponde al tiempo que pasamos hablando, pensando y dibujando”.
Thomas Randall-Page
En 2011, el artista Peter Randall-Page adquirió un granero situado cerca de Dartmoor, en la zona rural de Devon. Posteriormente, encomendó a su hijo Thomas Randall-Page que lo transformara en un espacio para crear y almacenar sus obras. Luego de nueve años de planificación y diseño, el proyecto está terminado, y es una clara prueba de cómo la arquitectura puede beneficiarse al realizarse con lentitud.
Desde el exterior, el proyecto fue concebido para ser una caja hermética que mantiene su carácter de origen agrícola y se integra a un entorno más contemporáneo. Por otra parte, Thomas Randall-Page quería que los espacios interiores estuvieran llenos de luz natural, por lo cual se diseñaron grandes aberturas que, al abrirse, desdibujan el límite entre el espacio interior y el paisaje circundante.
Las fachadas fueron diseñadas siguiendo el enfoque directo y utilitario que los agricultores han adoptado a lo largo del tiempo para construir graneros. Todo el volumen está revestido con tablas verticales de cedro. Esta piel da paso a un faldón de acero galvanizado que extiende la pendiente natural del terreno y protege la madera de la lluvia.
Se añadieron una serie de persianas a escala industrial, camufladas en las fachadas de metal y madera, que se pliegan y deslizan fácilmente para revelar amplias áreas de acristalamiento. Además, en el primer piso se dispuso una rampa que al plegarse brinda un pequeño balcón-mirador.
Internamente, el proyecto se divide en tres zonas que albergan un sector de archivo, otro de almacenamiento y un estudio. El archivo, con su sistema de deshumidificación ambiental controlado por sensores, está altamente aislado y es hermético. Los otros ambientes, que albergan las esculturas y ofrecen diversos usos, permanecen sin calefacción.
El espacio central se divide en dos alturas atravesadas por un muro de contención de piedra que continúa desde el exterior. Este elemento, que comienza en el paisaje, atraviesa el proyecto desde el oeste y, una vez adentro, gira sobre sí mismo para encerrar el nivel inferior e integrarse a una escalera metálica.
Los tres niveles que conforman los interiores proporcionan nuevas perspectivas desde donde apreciar las obras, alterando la percepción de la escala y revelando la sutileza con la que algunas tocan el suelo.
Sobre uno de los desniveles se ubica el estudio de invierno, una estructura independiente que se alza sobre soportes de piedra. Debajo, se articula un pequeño espacio de reunión con dos sillas y una mesita alrededor de una estufa a leña.
Por encima se encuentra el estudio, pensado como el centro neurálgico del proyecto. Desde allí se accede a la rampa plegable que oficia de balcón. Este espacio de carácter cerrado y más íntimo está revestido por fuera por una capa de corcho natural que se calienta mediante la estufa a leña.
En buena medida, el diseño del Granero de Arte estuvo guiado por los materiales empleados. En primera instancia, se conservaron la mayor cantidad posible de elementos preexistentes, como la estructura principal de madera blanda y el revestimiento del tejado. Además, se dio prioridad a los materiales locales, con bajas emisiones de carbono o con emisiones negativas. La madera cultivada y aserrada localmente fue empleada mayormente para la estructura y algunos de los suelos.
Para Peter Randall-Page, haber trabajado a la par de su hijo y con su equipo de artesanos de confianza implicó que el proceso se asemejara más al de la creación de una escultura que al de un edificio. Además, se desdibujaron las relaciones convencionales entre cliente, arquitecto y contratista.