En la zona del puerto, una franja estrecha de tierra situada a lo largo del muelle queda liberada de las actividades portuarias. Para ello, OMA desarrolló un plan urbano que alterna espacios verdes abiertos con construcciones densas. Con el fin de dotar de centralidad al plan lineal, toda la franja está atravesada por un camino público.
El proyecto está emplazado en una esquina de una zona residencial en Tokio. Las fachadas que dan hacia la calle cuentan con una malla de alambre que vincula los espacios interiores con los exteriores. Una serie de escaleras de diferentes formas y pendientes, situadas por detrás de la malla, conectan los distintos niveles y generan un recorrido difuso alrededor de los espacios interiores.
El programa requerido para el edificio es diverso y extenso: una combinación de escuela primaria, centro de atención extraescolar y guardería e instalaciones deportivas para la escuela y el barrio. Además, requiere una gran cantidad de espacios exteriores de juego.
Para contrarrestar la falta de espacio, hacer frente a la complejidad interior-exterior de los programas y permitir el paso del pasaje público, la envolvente del edificio se divide en dos mitades: un edificio compacto que alberga todas las funciones interiores, y un espacio exterior que reúne las zonas de juego.
Situado entre ambas mitades, y bajo uno de los espacios de juego del primer nivel (realizado con baldosas de vidrio), el camino atraviesa el volumen. Por su parte, un esqueleto de acero galvanizado articula las dos mitades.
En el lado del volumen interior, las fachadas del edificio están diseñadas como un mosaico de policarbonato opaco y translúcido, vidrio y paneles de aluminio. La estructura exterior quedará eventualmente cubierta por la vegetación que trepará una malla de acero, en la cual se dispusieron una serie de grandes aberturas.