Equilibri es un proyecto de atmósfera que habla de lo antiguo y de lo nuevo, de la memoria y de lo existente, de la firmeza y de la fragilidad.
Cada una de las capas del proyecto se contrarresta con su opuesta siendo el espejo el punto de unión entre las dos. Ahí es donde encontramos el equilibrio.
Un bloque de viviendas preexistente divide la nave, manteniendo el recuerdo de lo que había. La colocación estratégica del espejo refleja las encaballadas permitiendo conectar con el pasado, que ya no está y que restituye la verdadera magnitud del espacio.
El acceso al local es estrecho y oscuro. Sus paredes se despojan de sus materiales originales hasta quedarse en piel y huesos al llegar a la nave. La cocina, abierta, espera al fondo. Doblar permite iluminar, se dobla el papel de las lámparas, el metal para filtrar la luz, la madera sobre la cocina.
Un zócalo de termoarcilla acompaña el recorrido, haciendo de base para las mesas donde disfrutar del ritual de la comida.